Interés desigual por la divulgación
El Casco Antiguo de Vitoria cuenta con una aprovechada recuperación de algunos de sus mejores edificios como espacios expositivos, y buena parte de ellos se dedican a muestras de carácter divulgativo. En los últimos tiempos se ha podido visitar en el antiguo depósito de aguas de la ciudad una atractiva recreación de la relación de Da Vinci con la música que incorporaba reproducciones fidedignas de algunos instrumentos que inventó o sus investigaciones sobre la física del sonido. En el Museo de Arqueología, sito en la casa armera de los Gobeo-Guevara-San Juan, todavía se puede ver el curioso estudio expositivo titulado Un percutor magdaleniense, que analiza en detalle todo lo que rodea aquella herramienta prehistórica.
No hay que olvidar la exposición permanente dedicada al ámbar de Peñacerrada, en el Museo de Ciencias Naturales, ubicado en el Palacio de Doña Otxanda. También es cierto que estas dotaciones culturales (salvo que se hable de salas de exposiciones temporales, como la Casa del Cordón) necesitan otras infraestructuras más espaciosas y accesibles que estos centenarios palacios del centro de la capital alavesa.
Algo así como el Kutxaespacio de la Ciencia, sito en el parque tecnológico de Miramón, el único museo de todo el País Vasco que atiende la divulgación de las investigaciones científicas todo el año. Sin ir más lejos, durante los próximos 5 y 6 de mayo se presentará Experimentaldia 2006, una feria de la ciencia en la que los centros escolares podrán exponer sus proyectos de inventos e investigaciones científicas.
Si Vitoria cuenta con exposiciones de carácter científico como Vivir en el espacio o la próxima dedicada a la mineralogía que presentará el Museo de Ciencias Naturales, con sus últimas adquisiciones, la gran perdedora en estos asuntos de la ciencia es Bilbao. La capital vizcaína se ha inclinado decididamente por la difusión de las expresiones artísticas, dejando de lado la divulgación científica, salvo en algunas muestras temporales.
