Armas bajo control
Hoy, millones de personas de todo el mundo viven bajo la amenaza de la violencia armada. Y, con razón, tienen miedo. La mayoría de las víctimas de la violencia armada no son soldados de uniforme, ni tan siquiera combatientes, sino hombres, mujeres y niños de a pie.
Desde las chabolas de Río hasta el sangriento conflicto en el Congo, el arma utilizada con mayor frecuencia para matar, mutilar, violar y aterrorizar a personas inocentes es la pistola. Pero, a diferencia de las armas de destrucción masiva, la proliferación de pistolas y demás armas convencionales no está sujeta a ningún tipo de normativa.
El derecho de los Estados a defender su integridad nacional es indiscutible. Pero los Estados tienen también la obligación de velar porque las armas que compran o que venden no sean utilizadas en la comisión de abusos de derechos humanos o el menoscabo del desarrollo.
En este año 2006, el mundo puede dar el primer paso hacia un control del comercio de armas, iniciando negociaciones hacia un Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas. Ya son más de 52 los países que han prometido su apoyo.
Dentro de 100 días, los Estados miembros de Naciones Unidas se reunirán en Nueva York, en la segunda conferencia mundial sobre armas ligeras. Pedimos a todos los Gobiernos que expresen en esa reunión su apoyo al control mundial del comercio de armas pequeñas.
Si lo conseguimos, las negociaciones para un Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas podrían iniciarse en este año. Si no, la venta irresponsable de armas seguirá avivando el sufrimiento y la pobreza en todo el mundo.
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