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La nueva plaza de Glòries supondrá una inversión de unos 600 millones de euros y diez años de obras

CiU y PP critican el alto coste que supuso el anillo viario aunque comparten su derribo

Blanca Cia

Aproximadamente unos 600 millones de euros y 10 años de plazo. Ésas son las previsiones que tiene el Ayuntamiento de Barcelona a trazo grueso sobre lo que costará la reforma de la plaza de las Glòries. Desaparecerá el anillo elevado y la plaza dejará de ser redonda para tener una forma rectangular. Se trata de un proyecto que quiere convertir Glòries en uno de los nuevos ejes de centralidad con un importante intercambiador ferroviario en el subsuelo, pero cuya culminación depende, en primer lugar, del visto bueno y de la financiación de la Generalitat y del Gobierno central.

Precisamente porque parte de lo planificado por el Ayuntamiento en la aprobación inicial de la modificación del Plan General Metropolitano depende de que otras dos administraciones estén de acuerdo, los grupos de la oposición de CiU y PP en el consistorio criticaron el proyecto. No porque no vean bien derribar el anillo viario, sino que dudan de la capacidad de "este gobierno" de llevarlo a cabo, en opinión de ambos grupos políticos. Y recordaron que el coste del tambor elevado levantado en 1992 fue de "4.000 millones de pesetas y ahora nos gastaremos el equivalente a 2.500 millones de pesetas en derribarlo", recordó el concejal de CiU, Eduard García.

La futura plaza será rectangular y supondrá un ordenamiento viario muy diferente. El ámbito de la reforma va desde Consell de Cent hasta Bolivia, por un lado, y Castillejos y Ciutat de Granada, por otro. El paso de los vehículos de entrada y salida por la Gran Via se soterrará en un "falso túnel", en palabras del primer teniente de alcalde, Xavier Casas, entre el túnel de Renfe que atraviesa la plaza y una elevación de la cota actual unos dos metros. La circulación de superficie -el paso de una Diagonal a otra y la Meridana- se ordenará a través de un gran rectángulo central.

La plaza tendrá 12 hectáreas de zona verde y será un gran rectángulo de 500 metros por 250 que se concentra en el centro -equivalente al parque del Escorxador- y también en los laterales de la Gran Via. La modificación urbanística supone que parte de los metros de superficie actuales de viario que se perderán pasen a ser suelo edificable. Serán 9.000 metros cuadrados de superficie que se convertirán en 90.000 de techo. Se distribuirán en un 45% de vivienda de mercado libre y el 55% de protección (véase EL PAÍS de ayer) al que hay que añadir entre 190 y 200 viviendas para jóvenes y ancianos. Los pisos se concentrarán en dos puntos de la futura plaza, en Cartagena-Diputación y en Castillejos- Meridiana. Habrá una torre de 20 metros de altura (Cartagena-Diputación) y el resto serán edificios de planta más nueve.

Intercambiador

Los equipamientos, en principio una escuela de primaria, una residencia de día y un centro de asistencia primaria se sitúan en diferentes partes de la plaza, en la que se mantiene el proyectado museo del diseño del arquitecto Oriol Bohigas, que arrancaría en el subsuleo para asomarse a la plaza. Se mantiene el edificio de oficinas municipales enfrentado a la torre de las Aguas -al otro lado de la Diagonal- pero con un recorte de la mitad de la altura inicial. Hasta quedarse en 74 metros.

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Casas insistió ayer que no se ha planteado la reforma de la plaza hasta no tener la seguridad de que se podía construir un intercambiador ferroviario en el subsuelo. "Si antes decíamos que no era posible derribar el anillo era porque no se podría trasladar la circulación en superficie", se defendió ante las críticas de la oposición por el cambio de criterio. Lo que dibujan en los planos es un intercambiador en el subsuelo en el que conectará la línea 1 del metro y una futura prolongación de los FF CC que comunicaría el Llobregat con el Vallès y otra de cercanías de Renfe. "Todo eso son suposiciones porque nada está aprobado ni tiene financiación", dijeron desde la oposición. Casas contestó que la prolongación de los FF CC es compartida por el Gobierno tripartito y que ya está prevista en el Plan Director de Infraestructuras.

En cuaquier caso, lo que está garantizado es que la reforma de las Glòries será por fases y que no estará acabada antes de 10 años. "El año próximo se podrán desmontar las paredes del anillo y vaciar el aparcamiento, en cinco años se podrán acometer todos los proyectos del subsuelo y el horizonte final -pisos, equipamientos, museo- hay que situarlo en un plazo que puede oscilar entre los 8 y 10 años".

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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