Mitología clásica y acción se unen en 'La casa de la colina negra'
Mucha imaginación, dosis elevadas de acción, referencias a la mitología clásica y una pizca de terror son los ingredientes que José Antonio Cotrina (Vitoria, 1972) mezcló para construir La casa de la colina negra (Alfaguara), una novela fantástica destinada al público juvenil. Cotrina, quien ha conseguido con trabajos nteriores los premios Ignotus y Alberto Magno, entre los más importantes que se entregan en España para obras de ciencia ficción, defiende que lo mejor de la literatura fantástica es "la ausencia de límites" para dejar volar la imaginación.
Cotrina quiere captar la atención de los lectores jóvenes -"de gustos cercanos a los míos", asegura- con un estilo dinámico, que se traduce en una estructura de 93 capítulos para una obra de 360 páginas. Es una narración detallista, llena de imágenes impactantes y con menos escenas escabrosas que las obras que el autor escribe para adultos. "Son historias blancas, pero sin caer en la noñería. A los 15 o 16 años, los chavales ya han visto mucho. No hay peligro de escandalizarles, pero, por si acaso, yo ando con tiento".
La casa de la colina negra se ambienta en una casa con poderes mágicos, que se convierte en un personaje más de una historia en la que Víctor y su familia, protegidos durante años de los malévolos por la Telaraña, luchan por proteger una caja misteriosa que contiene el cráneo del Minotauro. "Es una casa que responde a los sentimientos de las personas que la habitan. Más que encantada, la casa está viva. Tiene alma. Ha sido natural hacerle comportarse como un personaje más de la novela", explica Cotrina.
Protagonista adolescente
El protagonista de La casa de la colina negra es un muchacho de 15 años, feliz y de buenos sentimientos. "Es fundamental que el lector joven se sienta identificado con un protagonista de una edad similar, que exista una transferencia", destaca el autor.
La novela toma las referencias del Minotauro y el laberinto de la mitología clásica, pero el autor no tiene la pretensión de despertar el interés de los adolescentes por la cultura griega, ni aspira a que los profesores utilicen su la novela en las aulas. "Sólo busca el placer de la lectura", reconoce. "Yo no voy más allá"
[La Diputación de Vizcaya ha editado con motivo del bicentenario del nacimiento de Juan Crisóstomo de Arriaga la edición facsímil del manuscrito Resurgimiento de las obras de Arriaga, de Juan de Eresalde, seudónimo de José de Arriaga, descendiente del músico. El manuscrito se ha completado con un estudio de la especialista Carmen Rodríguez Suso y la transcripción realizada por el musicólogo Juan Antonio Zubikarai. También se ha reeditado Los esclavos felices, de Eresalde, y el libreto de la ópera del mismo título].
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