Irán no cede a las presiones e insiste en su derecho a enriquecer uranio
Irán persiste en su derecho a enriquecer uranio a pesar de las presiones internacionales. Su máximo responsable nuclear, Alí Lariyaní, reafirmó ayer que van a seguir investigando en ese campo y amenazó con pasar al siguiente escalón, el del enriquecimiento a escala industrial, si el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que hoy se reúne en Viena, remite su caso al Consejo de Seguridad de la ONU.
"Enviar el dossier de Irán al Consejo de Seguridad no va a cambiar nuestra posición sobre el enriquecimiento de uranio", declaró Lariyaní ante una concurrida conferencia de prensa. "No servirá a los intereses de nadie", advirtió reiterando que su país no será el único perjudicado por esa medida. "Si el asunto queda en manos del OIEA, cooperaremos y trabajaremos con ese organismo con total transparencia", dijo, pero en caso contrario, Irán "reducirá su cooperación e iniciará el enriquecimiento [a escala industrial]".
La junta de gobernadores del OIEA se reúne hoy en Viena para evaluar si Irán ha suspendido todas las actividades de investigación vinculadas con el enriquecimiento de uranio, tal como le exigieron en una resolución el pasado 4 de febrero. Pero el informe que les ha distribuido su director, Mohamed el Baradei, confirma que los iraníes han cumplido su amenaza y empezado a introducir gas de uranio en las centrifugadoras, un primer paso del proceso para fabricar combustible nuclear o material fisible para una bomba.
Según el texto, filtrado a la prensa la semana pasada, Irán se ha limitado hasta ahora al enriquecimiento a pequeña escala (investigación) en su planta de Natanz. Sin embargo, los inspectores de la ONU han constatado que en otra dependencia de ese centro se prepara la instalación de 3.000 centrifugadoras (frente a las 168 actuales) para el enriquecimiento a escala industrial. También han señalado el rechazo iraní a inspecciones más estrictas de las que exige el Tratado de No Proliferación, tal como advirtieron el mes pasado al suspender su adhesión voluntaria al protocolo adicional.
Cuestiones innegociables
"La investigación nuclear va a continuar, y las amenazas y el chantaje no van a surtir efecto en nuestra decisión", advirtió también ayer el portavoz de Exteriores iraní, Hamid-Reza Asefi. "Occidente no debe cometer el error de creer que intentamos negociar sobre este punto", añadió.
Tal parece ser la línea roja para el régimen iraní. De hecho, según un principio de acuerdo alcanzado con Rusia, Teherán estaría dispuesto a fabricar su combustible nuclear en ese país siempre que sus científicos puedan seguir investigando en casa. Sin embargo, tanto la UE como EE UU rechazan esa posibilidad ya que le permitiría dominar la técnica de enriquecimiento, básicamente la misma para producir combustible y bombas.
Tanto en Teherán como en otras ciudades del país hubo manifestaciones a favor del programa nuclear, según mostró la televisión local.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.