Bono cambia al comandante de Melilla por falta de sintonía con el general Pitarch
Le sustituye el general Díaz de Villegas, que fue postergado por Trillo
El Consejo de Ministros acordó el pasado viernes, a propuesta del titular de Defensa, José Bono, el cese del hasta ahora comandante general de Melilla, el general de división Francisco Fernández Sánchez, y su sustitución por el también general de división Vicente Díaz de Villegas. El relevo ha causado sorpresa en medios castrenses, ya que el general Fernández Sánchez, de 60 años, aún no ha completado su carrera militar, por lo que queda en situación de disponible hasta que se le asigne nuevo destino.
La causa del relevo, según fuentes militares, está en la falta de sintonía del destituido con el jefe de la Fuerza Terrestre, el teniente general Pedro Pitarch, de quien dependen las guarniciones de Ceuta y Melilla, entre otras unidades. Con esta sustitución, agregaron las mismas fuentes, Bono ha querido reafirmar la autoridad de Pitarch. Éste era director general de Política de Defensa hasta que el pasado 13 de enero sustituyó al teniente general José Mena, arrestado y pasado a la reserva por sugerir en su discurso de la Pascua Militar una posible intervención del Ejército si el Estatuto catalán desbordase la Constitución.
Se da la circunstancia de que las primeras visitas oficiales que realizó Pitarch fuera de la capitanía general de Sevilla, los pasados días 8 y 16 de febrero, tuvieron como destino Ceuta y Melilla, aunque en ese momento no trascendió el relevo del general Fernández Sánchez, que fue nombrado máximo responsable militar de esta última plaza el 28 de marzo de 2003, todavía con el Gobierno del PP.
El nuevo comandante general de Melilla es un militar que fue postergado por el anterior Gobierno. Aunque en 1999, como coronel de la Legión, mandó con éxito el primer contingente del Ejército español en la provincia serbia de Kosovo, el ministro de Defensa Federico Trillo-Figueroa le vetó como jefe de la Brigada Plus Ultra, enviada a Irak en agosto de 2003. Díaz de Villegas, que entonces mandaba la Brigada Ligera Aerotransportable (Brilat), con sede en Figueirido (Pontevedra) y Siero (Asturias), tuvo que quedarse en España, mientras su unidad partía hacia Irak al mando del general Cardona. Según distintas fuentes, Trillo puso al general Díaz de Villegas en la lista negra después de que éste discrepara del modo en que se abordó la limpieza de las costas gallegas durante la catástrofe del Prestige.
Bono rescató recientemente a Díaz de Villegas y le ascendió a general de división, si bien estaba en expectativa de destino.
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