Zapatero acusa al PP de seguir con sus "viejas falsedades" y resalta la política social del Gobierno
El presidente lamenta que los populares hablen tanto de él y tan poco de los ciudadanos
La convención del Partido Popular le mereció ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, apenas tres frases. Sólo reprochó a los dirigentes de ese partido que le hayan dedicado tanto tiempo al PSOE y a su persona. "Yo no merezco tanto y los españoles tan poco", se quejó. Zapatero recriminó a los populares por insistir en "las mismas falsedades y las mismas cosas viejas" en las que incurrieron, a su juicio, en el inmediato pasado, mientras el Gobierno se dedica a fomentar políticas "de avance y justicia social" como lo son las de la Ley de Igualdad y la de Ayuda a la Dependencia.
Algo más de 4.000 personas acudieron ayer a la Feria de Muestras de Valladolid para escuchar al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, que ponía fin así a la campaña que durante varias semanas ha realizado su partido por toda España para explicar la Ley de Ayuda a las Personas Dependientes.
La defensa de la igualdad y la justicia social así como la garantía de que su Gobierno trabajará por la solidaridad y la cohesión territorial, en paralelo a las reformas de los estatutos de autonomía, fueron los dos mensajes que Zapatero quiso destacar. Ni una palabra sobre el terrorismo o el eventual proceso de paz. Sólo reivindicación de la política que lleva a cabo su Gobierno, a ocho días del segundo aniversario de su victoria, y un mensaje de concordia entre españoles.
Aunque la convención del PP fue objeto de algunos de sus comentarios, no constituyó ni mucho menos el centro de su atención. Antes habían tomado la palabra la responsable de Medio Ambiente y Desarrollo Rural de la ejecutiva del PSOE, Soraya Rodríguez; el secretario general de los socialistas de Castilla y León, Ángel Villalba, y el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera. Las palabras de todos ellos, y singularmente las de Caldera defendiendo las políticas que están saliendo de su ministerio, fueron los apoyos dialécticos en los que se basó Zapatero para comparar lo que había pasado en la convención del PP con lo que hacía el Gobierno cada día.
"Hacen una convención, y no hablan de los ciudadanos", lamentó. "Hablan de nosotros; sobre todo de mí. Ni yo merezco tanto ni los españoles tan poco". Y continuó: "El mismo día que empezaba la convención del PP, en el que se dedicaron a las mismas falsedades y a las mismas cosas viejas de siempre, nosotros aprobábamos en Consejo de Ministros la Ley de Igualdad". A partir de ahí, Zapatero desgranó el contenido de esa ley, tras haber explicado la de dependencia, ambas elaboradas por Trabajo y Asuntos Sociales. "El ministerio de las personas", afirmó Caldera, "en el que tratamos de hacer política de respeto a la dignidad humana y a las personas que más lo necesitan".
"Ganar sin insultar"
Algo de patria chica hizo Zapatero cuando destacó que tanto Caldera como dos puntales de su ministerio, Amparo Valcarce, secretaria de Estado de Asuntos Sociales, y Octavio Granados, responsable de Seguridad Social, son de León y Burgos, respectivamente. También otro miembro de su Gobierno, José Antonio Alonso, de León, un gran ministro del Interior, afirmó, fue citado por Zapatero para augurar a continuación que en 2007 los socialistas ganarán las elecciones en Castilla y León. "Y lo haremos sin insultar, igual que ganamos las elecciones generales hace dos años", sentenció. Sectores del público le pidieron en vano que diera "caña" al PP.
A juicio de Zapatero, el PP "abrazará las reformas de los Estatutos" que están en marcha aunque ahora las critiquen. "España es diversa y plural, y su avance en competencias no supone ningún riesgo, porque es fuerte como país", subrayó. El líder del PSOE dio por seguro que tanto en Castilla y León como en toda España "se quiere y se respeta a Cataluña". Zapatero hizo ese inciso en su discurso sobre las ventajas de la diversidad frente "al desastre de la uniformidad" en la que vivió España durante muchos años. Pero también quiso contrarrestar la crítica del PP respecto a que el Estatuto de Cataluña consagra la diferencia entre españoles. "Mi Gobierno es el de la solidaridad con las personas, pero también es y va a ser el de la solidaridad y cohesión territorial", prometió.
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