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El futuro del PP

Acebes y Zaplana afirman que moderar la estrategia mantendría al PP en la oposición

García-Escudero acusa al PSOE de tener "ansia de crispación" y pide a los suyos menos gritos y más argumentos

El número dos del PP, Ángel Acebes, y su portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, defendieron ayer en la convención popular, que hoy termina, su rotunda oposición al Gobierno. Buscar una estrategia moderada debilitaría, según ellos, las posibilidades de derrotar a los socialistas. Acusaron al PSOE de intentar que el PP entre en "crisis", se "avergüence" de sí mismo y "pida perdón". Según Acebes, para que, tras la crisis, "el PP acepte, dócil y sumiso, el papel de permanente oposición". Según Zaplana, para que se convierta "en un partido prescindible, sin capacidad de gobernar".

Pues no, dijeron ambos. "No vamos a dejar que sean los radicales los que nos digan si somos o no demócratas, si somos o no centristas", clamó Zaplana. "Si nos plegáramos a sus designios, nos criticarían menos. Posiblemente, hasta nos elogiarían. Dirían que somos moderados, flexibles, tolerantes y dialogantes", adivinó Acebes.

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El eslogan de la convención popular es "Hay futuro". Pero ayer fue el día de los hombres del presente, los que hoy tienen la máxima visibilidad en el PP: Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, Pío García-Escudero y Jaime Mayor. Los cuatro son, respectivamente, número dos y portavoces parlamentarios del PP en el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo. Y los cuatro reivindicaron la rotunda oposición que su partido hace al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero como mejor garantía "de futuro".

Hacer caso a los que les acusan de ser "la derecha extrema", según Acebes, les convertiría "en un partido sin convicciones, sin proyecto propio y, por tanto, sin garantía de futuro". Zaplana apostilló con una defensa del pasado: de los ocho años de Gobierno de José María Aznar. Reivindicar aquellos años, afirmó, "no es la política del pasado, es la política del éxito".

Si el aplauso fuera la medida del éxito, Acebes y Zaplana serían los grandes triunfadores del segundo día de la convención popular. Si lo fuera la mirada con la que Mariano Rajoy, su líder, siguió las intervenciones de ambos, cabría alguna sorpresa. Cada vez que la cámara enfocaba a Rajoy durante la intervención de Acebes, éste exhibía el rostro de satisfacción condescendiente que tienen todos los padres con ese buen hijo que jamás da un disgusto. Con Zaplana la relación no es tan cercana. Sin embargo, cuando éste terminó, la cámara enfocó a Rajoy y pudo verse cómo, mientras aplaudía, le decía: "Muy bien, Eduardo".

Y eso que Eduardo Zaplana había arrancado su intervención con el 11-M para clamar que él, y el PP, quieren "que se conozca la verdad, toda la verdad, a pesar de los impedimentos del Gobierno". Continuó con un remedo de una de las más célebres frases del socialista Alfredo Pérez Rubalcaba: "Éste no es el Gobierno que España se merece". Acebes también plagió al PSOE: "Hay otra España mejor, muchísimo mejor, que tenemos que empezar a reconstruir desde la oposición".

Ambos reivindicaron también la "derrota de ETA" y el homenaje a las víctimas. "No permitiremos que se apague la llama de su memoria. Nunca", prometió Acebes. Pero en el cuarteto de ayer había un portavoz especializado en ETA: Jaime Mayor Oreja. Él advirtió a los populares de que "el mal llamado proceso de paz es un proceso de autodeterminación"; que Zapatero está cometiendo "un error histórico con su inútil y perversa segunda transición", y que lo que el presidente pretende es "humillar los valores de la mitad de los españoles y buscar la legalización de ETA en las instituciones vascas".

Mayor lanzó una pulla a Josep Piqué y otra a Alberto Ruiz-Gallardón, ambos compañeros suyos en las reuniones de maitines de los lunes. Afirmó que "alguien tiene que defender el idioma común" de todos los españoles, e hizo el siguiente juego de palabras: "El PP de Castilla y León tiene que ser el PP de España; el PP del País Vasco tiene que ser el PP de España...". Fue repitiendo la frase con cada autonomía. Piqué lleva tiempo pidiendo un discurso diferenciado para el PP catalán.

A la petición de Alberto Ruiz-Gallardón para evitar las exageraciones, Mayor replicó: "La exageración no está en la defensa de la Constitución, sino en los excesos nacionalistas". Y concluyó: "No tengamos ningún complejo".

Menos combativo, el portavoz en el Senado avisó a sus compañeros de que a quien más interesa la "crispación" es a los socialistas. "Tienen ansiedad y afán de crispación". Ofreció una solución: "Frente a tanto exabrupto y tanta enormidad, no hay mejor antídoto que el uso sereno de la razón. Hoy en España abundan los gritos, pero se echan en falta los argumentos". Quizá para evitar ser catalogado como un crítico, García-Escudero dedicó la mayor parte de su intervención a censurar "el talante revisionista y retro del Gobierno socialista y su presidente, Zapatero". También se apuntó al eslogan de que "España se merece un futuro mejor", con Rajoy en la presidencia del Gobierno. Luego hizo una broma sólo para iniciados: "Hoy el futuro ya no es lo que era", en referencia al libro de Felipe González y Juan Luis Cebrián. Y avisó de que el PP sólo es ahora "aspirante" y "en política no hay nada más estéril que la nostalgia o los paraísos perdidos".

Ángel Acebes saluda al ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, en presencia de Mariano Rajoy.
Ángel Acebes saluda al ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, en presencia de Mariano Rajoy.BERNARDO PÉREZ

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