Cuatro constructoras, condenadas por la muerte de un trabajador del AVE en Lleida

El Juzgado de lo Penal número 2 de Lleida ha condenado a cuatro empresas constructoras a pagar 230.000 euros de indemnización a la familia de Francisco Valerio, un trabajador de 20 años, vecino de Balaguer (Noguera), que falleció como consecuencia de las graves heridas sufridas en la cabeza al precipitarse contra el suelo desde una altura de 16 metros mientras realizaba trabajos de soldadura en lo alto de la marquesina de la estación del AVE de Lleida. Después del accidente, ocurrido el 6 de mayo de 2003, la Inspección de Trabajo de Lleida abrió una investigación y comprobó que la empresa para la que trabajaba el fallecido incumplía las medidas de seguridad obligatorias.

En el momento de la caída, el trabajador no estaba atado al arnés de seguridad y la obra carecía de las redes de seguridad obligatorias. El caso fue llevado a la vía penal y ayer fueron juzgados por un presunto delito contra la seguridad de los trabajadores y de homicidio por imprudencia con resultado de muerte siete responsables de las cuatro empresas: Felipe S. S., Jordi E. S., José Luis P. D., Antonio I. C. G., Alfredo R. G., Fernando V. V. y Enrique Ch. P. El fiscal rebajó la pena solicitada inicialmente en el escrito de calificaciones provisionales y, tras reconocer los hechos, los acusados aceptaron una condena de tres meses de prisión para cada uno y una multa de 120 euros. Los acusados podrán conmutar la pena de prisión por otra multa de 720 euros.

La responsabilidad civil, estipulada en 228.000 euros, se repartirá entre las cuatro empresas que participaron en la obra en la que perdió la vida el trabajador. Copcisa, adjudicataria original, deberá pagar 180.000 euros. El resto será asumido por las otras tres firmas subcontratadas por Copcisa: la zaragozana Teulerías y las leridanas Serrano y Español. La víctima trabajaba desde hacía un mes como soldador para la empresa Serrano.

Las obras de construcción de la línea de alta velocidad entre Madrid y Lleida dejaron un trágico lastre de ocho víctimas mortales y varios heridos graves en accidente laboral. Tres de las muertes se produjeron en el tramo que discurre por la provincia de Lleida. La tercera fue la de Francisco Valerio, pero nueve meses antes había fallecido en el mismo lugar el soldador José González, de 48 años y natural de Pontevedra, al quedar atrapado entre los hierros de una estructura metálica cuando manipulaba una grúa.

En febrero de 2002 se produjo otro accidente mortal en las obras de construcción de un viaducto del AVE a su paso por el término municipal de Vinaixa (Les Garrigues), en el que un operario de la empresa Ferrovial-Agromán, Quintín M. N., de 35 años y vecino de Badajoz, perdió la vida tras caer desde una altura de 17 metros. Ninguna de estas víctimas trabajaba protegida por las medidas de seguridad obligatorias. Sin embargo, la fiscalía de Lleida sólo abrió diligencias penales por el caso juzgado ayer.

Los sindicatos mayoritarios denunciaron después de cada muerte la precariedad laboral de los trabajadores de la línea del AVE y la atribuyeron a los problemas generados por la subcontratación.