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Jiménez critica que Gallardón vaya a demoler el mercado de Barceló

Los comercios se trasladan provisionalmente a la plaza de Tribunal

Jesús Sérvulo González

Comerciantes del mercado de Barceló reclamaron ayer al Ayuntamiento más información sobre la reforma de la lonja municipal. La portavoz socialista en el Consistorio, Trinidad Jiménez, criticó el plan que incluye la demolición del mercado y el traslado de los puestos a la plaza de Tribunal. El presidente de los comerciantes, Daniel Domingo, defiende la demolición, "pero con matices".

Entre puestos de frutas, verduras, carnes y pescados, la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Trinidad Jiménez, criticó ayer el proyecto de demolición del mercado de Barceló y el traslado de los comercios a una "estructura efímera" a la plaza de Tribunal -los jardines del arquitecto Ribera- en el barrio de la Justicia. Jiménez aprovechó el encuentro con comerciantes de la lonja para acusar al equipo de gobierno de dejar "sin contenido" el plan de rehabilitación de Centro. Según la portavoz socialista, el proyecto reduce los equipamientos y servicios públicos en la zona.

El proyecto municipal pretende demoler el edificio donde se asienta el mercado para construir uno nuevo de siete plantas [dos subterráneas], 64 viviendas con garaje y seis locales comerciales. Además, prevé la mejora de las instalaciones deportivas de la zona.

La portavoz socialista manifestó: "El alcalde pretende que el proyecto tenga un coste cero y por eso financia la operación con 64 viviendas de lujo en una zona que ahora ocupa el mercado". Jiménez acusó a Gallardón de "olvidar la construcción de viviendas sociales para jóvenes".

La mayoría de los 110 comerciantes que quedan en el mercado expresaron ayer su temor ante el posible traslado del mercado a la plaza de Tribunal. "Allí no tendríamos las condiciones apropiadas. No puede ser higiénico", reclamó Elviro Castro, uno de los comerciantes del mercado municipal. "¿Qué pasa con las cámaras de refrigeración y con las condiciones sanitarias?", apuntó Javier Poggio, gerente del centro.

Algunos tenderos se quejaron de las obras del aparcamiento de la calle de Barceló. "Llevan seis meses de retraso y algunos comercios del mercado que dan al exterior han tenido que cerrar", protestó Pedro Martí, propietario de una tienda de fotografía.

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El presidente de la asociación de comerciantes del mercado, Daniel Domingo, reconoció la necesidad de reformar el inmueble. "El mercado tradicional es una ruina: los accesos son difíciles, las ventas descienden, la zona de carga y descarga es un desastre...", apuntó. Y suavizó las críticas de los vendedores: "Hay que ver el proyecto del Ayuntamiento con matices. Habrá que esperar al concurso de ideas y el proyecto definitivo, para pronunciarse".

Instalaciones obsoletas

Domingo, que no acudió al encuentro con Jiménez, explicó que las instalaciones eléctricas del mercado están "obsoletas, arreglarlas costaría unos 600.000 euros y seguro que ningún comerciante quiere hacerse cargo de ese coste. El proyecto municipal no nos cuesta nada". Según Domingo, el presupuesto que maneja el Consistorio para la reforma del mercado y el entorno ronda los 23 millones de euros, que serán financiadas con la construcción de 64 viviendas de lujo.

El Ayuntamiento insistió ayer en la necesidad de la demolición del edificio. "El objetivo es construir un nuevo y moderno inmueble que se adapte a las exigencias comerciales y técnicas", subrayó desde la concejalía de Urbanismo, el coordinador general de Gestión de Proyectos, Francisco Panadero. Además, recalcó que el proyecto ha contado con la participación de los implicados.

El presidente de la asociación de vecinos del barrio de Justicia, José Carlos Nicolau, afirmó que "el proyecto causará un trastorno muy grande, aunque no se tirara el edificio". Nicolau señaló que el Ayuntamiento debe mantener el mercado como "una actividad tradicional, aunque en los papeles municipales no aparece nada explícito". Y, reconoció que el colectivo -comerciantes y vecinos- está dividido. Nicolau recibió ayer las respuestas a las alegaciones que su asociación había presentado al proyecto municipal. "Parece que se tiene en cuenta algunas de nuestras demandas", precisó. A su juicio, "es excesivo que el nuevo centro tenga siete plantas, lo que hay que hacer es arreglar los muelles de carga, adecentar el centro y mejorar los accesos", insistió.

El obispo anglicano de Madrid, Carlos López Lozano, se sumó a la protesta. "Hemos pedido al Ayuntamiento que si definitivamente tira el mercado para construir otro, nos compense por todos los años de discriminación que hemos sufrido", indicó. El obispo anglicano recordó que el mercado fue construido para "esconder" la fachada de la catedral anglicana de Madrid "en tiempos franquistas". "Incluso", añade, "colocaron la salida de basuras junto a la casa del obispo". López Lozano criticó las obras de la calle Barceló, próxima al centro anglicano, "se mete suciedad, y hay mucho ruido, molesta a los feligreses".

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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