Educación refuerza el control en una escuela para evitar brotes de violencia

El Departamento de Educación reforzará con un profesor auxiliar el aula de tercero de primaria del CEIP Baltasar Segú de Valls (Alt Camp), donde el martes de la semana pasada un alumno sufrió un incidente con otro niño por el que permanece en estado de coma. Mientras que el Gobierno catalán asegura que el suceso fue un simple accidente, los familiares de la víctima, de nueve años, sostienen que se trató de una agresión.

"Las opiniones de los padres se trasladan a los alumnos", dijo el director de los Servicios Territoriales de Educación en Tarragona, Josep Maria Pallàs, quien anunció ayer esta medida como precaución para evitar nuevos incidentes en el aula. "Se está acusando de agresor a un niño de nueve años", dijo, y aseguró que después de múltiples entrevistas con alumnos y profesores no hay un solo indicio de que se trate de un hecho violento. "Las cosas se han salido de madre", añadió Pallàs, quien hizo un "llamamiento a la calma" para no alterar más la convivencia en este centro educativo.

Cuando los alumnos habían acabado la última clase de la mañana y se encontraban en fila esperando el momento de salir del aula, un niño se agachó para recoger un lápiz del suelo. Casualmente, siempre según la versión de la Generalitat, el alumno situado delante de él en la fila levantó el pie al mismo tiempo, lo que desembocó en una "patada involuntaria" que no causó ninguna lesión visible en el mismo instante. Por la tarde, ambos alumnos volvieron a la escuela con normalidad, pero al día siguiente el alumno que recibió la patada fue operado de urgencia en el hospital Joan XXIII de Tarragona por un coágulo en el cerebelo, después de que el día antes los médicos del hospital Pius de Valls no le encontraran ninguna dolencia. Desde Tarragona el niño fue trasladado en una UCI móvil al Sant Joan de Déu de Barcelona, donde ayer permanecía estable dentro del estado de coma, según fuentes hospitalarias.