Justicia ciega
Dos hombres van a prisión por robar un televisor, un jamón y un radiocasete hace 21 años
¿Qué vale más, un televisor o la vida de un hombre? Preguntas así, azotadas al aire, eran inquiridas ayer por Isabel Alfonseca, esposa de Juan Benítez, un vecino de Aljaraque (Huelva) que hace ocho meses ingresó en la prisión provincial onubense para cumplir una pena de seis años por unos delitos cometidos hace 21, cuando Juan era un adolescente toxicómano de 17 años. Junto a otros cuatro compañeros, realizó tres robos con un botín que arruinaría sus vidas: un televisor, un jamón y un radiocasete.
De los cinco condenados, sólo Juan Benítez, que hoy tiene 39 años, y su amigo Antonio Hernández, de 41 -sentenciado a 12 años-, cumplen actualmente pena en la prisión provincial de Huelva. A los otros tres les fue concedido el indulto hace un año. Un regalo que no llegó ni para Juan ni para Antonio.
Los delitos fueron cometidos en 1985, y hasta 1993 no fueron juzgados. Cuatro años después, en 1997, llegó la sentencia en firme. Y en 2002 la ejecución de la misma. ¿Qué llevó a la Justicia a prolongar durante tanto tiempo la ejecución de una condena y permitir que todo su peso cayese cuando los entonces delincuentes ya estaban plenamente reinsertados en la sociedad?
Tanto Antonio como Juan pasaron por un proceso de desintoxicación poco después de ser detenidos. Los dos se casaron con sus respectivas parejas y tuvieron hijos. Juan Benítez trabajaba como primer oficial en una obra y Antonio era miembro de una empresa de seguridad. Antonio espera ahora un tercer hijo de su actual compañera, Cinta Galdámez.
"No sé exactamente que ocurrió con el caso para que se demorase tanto, pero es un ejemplo del mal funcionamiento de la Administración de Justicia", explicaba ayer el abogado Miguel Macías, letrado de Antonio Hernández. Macías tomó el caso en 2002, cuando se ejecutó la sentencia. Junto a otros dos abogados pidió el indulto parcial y la suspensión de la pena para sus defendidos. En su petición se incluía un informe favorable del mismo tribunal que había juzgado a los cinco de Aljaraque. Lo suspensión se consiguió tras pasar una semana entre rejas. El indulto llegaría años más tarde. Sólo para tres de ellos. Para Antonio y Juan, nunca.
Su abogado no deja de sorprenderse. Debido a un nuevo error administrativo en los juzgados onubenses, la solicitud de indulto para Antonio, presentada allí por Macías, no fue tramitada en su momento. Cuando se dieron cuenta, la aceptación del indulto para los otros tres acusados ya era un hecho. "Yo aproveché ese error para, al volver a enviar la solicitud, incluir entre las alegaciones de mi defendido, el indulto de los tres acusados", explicaba ayer el letrado. Pero ni siquiera eso ha sido suficiente. Hace ocho meses le fue denegado a Juan Benítez y desde entonces cumple condena de seis años. Hace ocho días fue el turno de Antonio Hernández. Con igual resultado. Su sentencia, 12 años.
"El problema que se plantea es la desigualdad entre unos defendidos y otros. Clama al cielo", asegura Macías.
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