Luca Coscioni, presidente del Partido Radical Italiano
Luchó contra los límites de la investigación con células embrionarias
Luca Coscioni, presidente del Partido Radical Italiano, falleció ayer a los 38 años en su ciudad natal, Orvieto.
Coscioni fue el más especial de los políticos italianos. En realidad, fue más que un político. Ejerció como conciencia y símbolo por encima de las refriegas sectarias. Sufría una esclerosis lateral amiotrófica que le confinaba en una silla de ruedas y le obligaba a depender de un respirador, y sus dificultades físicas hacían de él un personaje especial, empeñado en una carrera contra la muerte para conseguir que se liberalizara la investigación con células embrionarias.
No se limitó, sin embargo, a batallar para que se permitiera a los científicos buscar una cura para su propia enfermedad. Participó en todas las campañas por los derechos civiles y se ganó el respeto de sus compañeros y de sus rivales.
Coscioni nació en Orvieto el 16 de julio de 1967. En 1995, después de ser elegido concejal, empezó a percibir los primeros síntomas de la enfermedad y dimitió porque no se sentía capaz de cumplir con sus obligaciones. "He enfermado y es como si estuviera ya muerto", escribió.
Se sobrepuso al desánimo y, de forma paralela al actor estadounidense Christopher Reeves, paralítico por un accidente hípico, empezó a luchar en el terreno bioético contra los límites a la investigación. En las elecciones regionales de abril de 2000 encabezó la Lista Emma Bonino en Umbria y en agosto de ese mismo año entró en el comité coordinador del Partido Radical. El 13 de febrero de 2001 habló, gracias a un sintetizador de voz, ante la Comisión sobre Genética Humana del Parlamento Europeo.
Poco después, en las generales de 2001, no consiguió un puesto en el Parlamento italiano, pese a un llamamiento de 50 premios Nobel de todo el mundo que respaldaban su candidatura como portavoz del antiprohibicionismo en el ámbito científico. El Partido Radical optó por mantener la visibilidad de Coscioni eligiéndole presidente del comité coordinador.
En 2002 se sometió, sin éxito, a un autotrasplante de células realizado en un hospital de Turín. Cuando concluyó el tratamiento fundó la Asociación Luca Coscioni con el objetivo de "promover la libertad en las curas médicas y la investigación científica, la asistencia personal autogestionada y la afirmación de los derechos humanos, civiles y políticos de las personas enfermas o discapacitadas".
El fundador y líder histórico de los radicales italianos, Marco Pannella, anunció ayer a través de la radio del partido que Coscioni acababa de morir, a los 38 años. "Le ha faltado capacidad de respiración, ha ocurrido lo que podía preverse", dijo Pannella. "Diría que lo ha matado también la calidad de este país y de su oligarquía corrupta y destructora", añadió. Desde todos los flancos políticos llegaron elogios al difunto. Forza Italia habló de "ejemplo de coraje y de dignidad". Refundación Comunista afirmó que toda la clase política le debía "gratitud". El presidente de la Cámara, el democristiano Pierferdinando Casini, aseguró que sería recordado siempre "con respeto y admiración".-
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