Pedrito y las palomas
La tarea de Defensor del Lector tiene también sus momentos divertidos. Uno de ellos lo han proporcionado Pedro Ubieta y su hijo Pedrito, que el 5 de febrero enviaron por correo electrónico un texto lleno de ingenio.
El mayor de los Ubieta empieza su carta como muchos otros, explicando que bastantes veces se ha sentido tentado de escribir al detectar "faltas de ortografía o simples burradas", pero nunca se había decidido. "Pero hoy", continúa, "mirando las fotos con el pequeño de casa, Pedrito, me he dado una panzada de reír, enorme y maravillosa".
Y la ha querido compartir: "En la página 45 veo una foto con el siguiente pie: 'Un hombre da de comer a unas palomas frente al Museo del Louvre de París, en una imagen tomada en 2004'. Le enseño al pequeño la foto, le leo el pie y acto seguido me dice: 'Papá, léelo otra vez. No son palomas, son gorriones'. Al oírlo, me he puesto a reír con muchas ganas. Efectivamente, a ojos de un niño -y de un adulto- son gorriones. Los contamos, y en la foto hay 62 gorriones y tres palomas. Además, los que están comiendo son los seis gorriones posados en las manos del hombre y otros dos que cogen algo que cae. Las palomas, o no están interesadas en el menú o vaya usted a saber".
El Libro de estilo establece: "El periódico ha de ser el primero en subsanar los errores cometidos en sus páginas, y hacerlo lo más rápidamente posible y sin tapujos". Pero ¿cómo se subsana un error como el detectado por Pedrito? Se trata de una de esas equivocaciones que no tienen cabida en la minisección Fe de Errores (porque es verdad que da de comer a las palomas, tres), pero que muestran que el pie se ha escrito sin la debida atención.
Los descuidos son a veces difíciles de rectificar sin que suene a guasa. Otro ejemplo. El domingo pasado se publicó este titular: Ariel Sharon supera una intervención quirúrgica en el estómago a vida o muerte. El texto, sin embargo, recogía correctamente que "le fueron extirpados 50 centímetros de intestino". Un lector, Gonzalo Puebla, comenta así el error: "Aunque tripas, el estómago y el intestino son dos órganos independientes, con patologías diferentes".
En otras ocasiones, la corrección del error requiere explicaciones, y el lugar adecuado para exponerlas es también este espacio del Defensor del Lector. Un ejemplo de ello es la poco afortunada traducción de otro artículo relacionado con la enfermedad de Sharon, publicado el 24 de enero con el título El tratamiento del ictus es polémico, que ha dado pie a la protesta airada de cinco neurólogos que enviaron otros tantos mensajes electrónicos.
Las críticas afectan a varios aspectos del artículo, pero la principal es que el término inglés stroke figura en varias ocasiones traducido como derrame y no como ictus, lo que introduce fuertes dosis de confusión en el texto. Para dar idea de lo que ello supone, el doctor Jesús Olivares subraya que escribir "derrame isquémico", como recoge el artículo, "es algo así como decir movimiento paralítico".
El doctor Antonio Arjona explica brevemente el tema. "Los ictus o accidentes cerebrovasculares (en inglés, stroke) son de dos tipos: isquémicos (comúnmente llamados infartos, trombosis o embolias cerebrales) y hemorrágicos (derrames, para entendernos). Un tipo es lo contrario del otro. En uno falta sangre y en otro se rompe una arteria y se produce la hemorragia. Por ello, unos son tratados con fármacos que hacen que la sangre vaya más fluida (anticoagulantes y trombolíticos) y en los hemorrágicos se recurre a la cirugía cuando ello es posible. Si para tratar estos últimos se administran trombolíticos o anticoagulantes, se produce la catástrofe".
Otra equivocación que requiere explicaciones. En la galería fotográfica publicada el 7 de febrero en la edición digital sobre diversas especies de animales halladas en la isla de Papúa figura un zagloso, que es definido como "un equinodermo (erizo) de pico largo", cuando en realidad es un equidna. Carlos Cabido, del Museo Nacional de Ciencias Naturales, explica: "Efectivamente, un equinodermo es un erizo, ¡pero marino! Un erizo terrestre (orden Insectívora) es muy distinto del Zaglossus brujini (orden Monotrema). Los equidnas se distinguen de los demás mamíferos por poner huevos, lo que los hace fácilmente distinguibles de los erizos terrestres".
Al día siguiente, en la edición en papel, el zagloso fue definido como "una mezcla de erizo y ornitorrinco". Santiago Juvé detectó el error: "Eso es tan disparatado como describir una serpiente como la mezcla de una lombriz y un cocodrilo".
Protesta por una foto
Otro lector, Juan Pastor Sánchez, telefoneó el lunes pasado para expresar su malestar por la publicación dos días antes de una fotografía en la que él figura caminando por una calle de Madrid cerca de una joven y de una pareja de agentes locales. El texto del pie que acompaña la foto es simplemente descriptivo: "La Policía Municipal patrulla la calle de la Montera en el primer día de peatonalización". Sin embargo, el titular del reportaje que incluye la foto es bien distinto: Pisos para 15 minutos de sexo. Y el texto empieza así: "La mecánica se repite. Una prostituta espera apoyada al lado de un establecimiento de hamburguesas de la calle de la Montera. Un hombre se acerca, cruzan dos frases y comienzan a andar separados hacia una pensión".
El lector asegura que él transita a menudo por la citada calle, pero nada tiene que ver con la prostitución ni con la joven de la foto. El periodista gráfico que captó la imagen confirma que esas dos personas no se relacionaron mientras él tomaba las fotografías, por lo que pedimos disculpas a Juan Pastor Sánchez por el daño a su imagen que se le haya podido causar.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electrónico (defensor@elpais.es), o telefonearle al número 913 37 78 36.
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