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Reportaje:

T. Rowe apuesta por la deuda iraquí

El fondo estadounidense ya superó en 2005 a la competencia invirtiendo en Serbia y Líbano

Mike Conelius, gestor del Emerging Markets Bond Fund en T. Rowe Price Group, superó a sus rivales en 2005 invirtiendo en Líbano y Serbia. Este año ha puesto su mirada en Irak. Conelius dice estar centrándose en bonos de mercados más pequeños y menos líquidos para impulsar las ganancias, conforme mengua el entusiasmo por los bonos de países mayores como Brasil y México.

"No sé si esto es llevar la contraria a la competencia o tener convicciones más firmes", ha declarado Conelius, de 41 años, en una entrevista telefónica desde Baltimore.

El bono iraquí al 5,8% denominado en dólares y con vencimiento en 2028 se negocia a cerca de 73 centavos por dólar, rindiendo un 8,5%

Los bonos rusos, serbios y brasileños eran los tres activos principales en su fondo de 525 millones de dólares a fines de 2005; las deudas jamaicana y vietnamita estaban también entre los 10 primeros activos del fondo. T. Rowe Price, con esta estructura de su cartera de inversión, rindió un 17,3% el año pasado, superando el rendimiento de 10,7% obtenido por el índice de referencia de bonos de mercados emergentes elaborado por JP Morgan Chase & Co.

El fondo ha avanzado ya un 3,2% en 2006. Conelius dice que espera que su rendimiento anual se sitúe algo por debajo del 10%.

El gestor, que ha cubierto mercados emergentes durante 16 años, compró deuda iraquí por primera vez en junio pasado. Esta deuda ofrece los segundos rendimientos más altos del mundo entre los bonos denominados en dólares, tras los de Ecuador, por el mayor riesgo de un impago gubernamental que percibe el inversor.

Los precios de los bonos iraquíes recibirán un impulso cuando con el tiempo se alivie la deuda del país, y se beneficiarán del rendimiento de las inversiones que se espera le lleguen de Oriente Próximo una vez que la insurgencia se calme. Los bonos probablemente avancen conforme los inversores aumenten sus apuestas a que la producción de crudo se recuperará al salir Irak de la guerra, escribió en un informe el 18 de enero Mehmet Simsek, analista de Merrill Lynch & Co.

El bono iraquí al 5,8% denominado en dólares y con vencimiento en enero de 2028 se negocia a cerca de 73 centavos por dólar, rindiendo 8,5%, según datos de Merrill Lynch. El rendimiento extra, o spread, que exigen los inversores para tener los bonos, respecto de bonos comparables del Tesoro de Estados Unidos, es de 418 puntos básicos. Un punto básico equivale a un 0,01 punto porcentual.

Conelius está leyendo el libro My Year in Iraq (Mi año en Irak), de Paul Bremer, el ex administrador estadounidense en Irak, publicado este año. Y planea reunirse por segunda vez con funcionarios del Gobierno iraquí en Ammán, Jordania, en marzo. El gestor dice que viaja a los países donde invierte para evaluar la capacidad de la nación para pagar sus obligaciones. En 2005, él y otros gestores visitaron países que representaban 90% de sus inversiones.

Cuando analiza una inversión Conelius se fija a veces, según confiesa, en la cantidad de divisas enviadas al país, ya que la cifra puede atenuar el temor a una suspensión de pagos. Las remesas aumentan el valor de las monedas locales y con el tiempo llegan a manos del Gobierno, dice.

Un auge de exportaciones de materias primas como el mineral de hierro y la soja, y la demanda de deuda pública en moneda local, también impulsan las reservas de divisas como ha ocurrido en Brasil, Argentina y otros países.

Trabajadores iraquíes en una refinería próxima a Bagdad.
Trabajadores iraquíes en una refinería próxima a Bagdad.AP

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