Los resultados parciales de Haití anticipan una segunda vuelta

En la recta final del escrutinio oficial de las elecciones presidenciales y legislativas celebradas en Haití el martes, todo indica que, en contra de las proyecciones iniciales, habrá una segunda vuelta para dirimir quién será el presidente de la República. René Préval, candidato del partido La Esperanza, ex presidente, y ex primer ministro del derrocado Jean Bertrand Aristide, es el claro vencedor de la primera vuelta, pero los últimos resultados oficiales difundidos ayer le otorgan el 49,10%, con lo que se queda a un paso de la mayoría absoluta necesaria para su proclamación automática como presidente.

El Consejo Electoral Provisional (CEP) prometió concluir el escrutinio a última hora de ayer, después de dar los resultados con el 75,81% de los votos contabilizados. Las primeras cifras difundidas después de la elección daban un triunfo rotundo a Préval, que abrazaba la mayoría absoluta (50% más uno), frente a sus inmediatos seguidores, el ex presidente Leslie Manigat, de la Agrupación de los Demócratas Nacionales Progresistas, y el derechista Charles Henri Baker, único candidato blanco de los 33 contendientes.

Los partidarios de Préval dieron por hecho desde el primer momento que sería el nuevo presidente. Poco a poco el recuento oficial ha mostrado que la anhelada mayoría absoluta está a punto de esfumarse, para tranquilidad de los adversarios del virtual ganador e inquietud de las masas de pobres, que votaron en bloque por Préval.

La lentitud del escrutinio y la previsión de que será necesaria una segunda vuelta ha provocado cierto nerviosismo en los arrabales míseros de Puerto Príncipe y otras ciudades -bastiones de Préval-, donde se han registrado las primeras manifestaciones de protesta. El secretario general del CEP, Jacques Bernard, ha pedido calma.

Retirada española

Por su parte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, que estuvo en Haití la jornada electoral para apoyar el proceso de transición, considera esencial la permanencia de la Misión de Naciones Unidas (Minustah) en el país caribeño después de la llegada al poder del nuevo presidente. "No sólo la justifico

[la permanencia de la tropa], la considero esencial si no se quiere que el Gobierno tenga pronto problemas de estabilidad y que se formen bandas armadas", advierte Insulza en una entrevista publicada ayer por un diario digital chileno.

El miércoles el ministro de Defensa, José Bono, anunció sorpresivamente la inminente retirada de los 200 infantes de Marina españoles desplegados en Haití bajo bandera de la ONU. Este contingente forma parte de los 7.400 soldados y 2.000 policías de diversos países destacados en Haití. El jefe de la misión de Naciones Unidas, Juan Gabriel Valdés, defendió la necesidad de que los cascos azules sigan un mínimo de dos o tres años hasta lograr la plena estabilidad política y la creación de una policía eficaz y un poder judicial hoy inexistente. Valdés anunció su intención de viajar a Madrid para tratar de convencer al presidente José Luis Rodríguez Zapatero de la inconveniencia de la retirada.