San Valentín, patrón de los estafadores
La influencia norteamericana se empeña en potenciar a san Valentín como patrón de los enamorados, en detrimento de las atribuciones de san Jordi, que ha sido el patrón de Cataluña desde siempre.
El santoral catalán, -no sabemos por qué razón- vincula a este santo a una labor que no está muy bien vista: es conocido como protector de los estafadores, malpagadores, tramposos y liantes.
Los que sentían devoción por el santo iban todos los domingos a la capilla del Palau. A la salida se reunían en la plazuela de la Verónica, donde se explicaban las trampas y astucias unos a otros para poder estafar, malpagar y enredar a la gente.
Hoy en día, quizá, este santo podría ampliar su patronaje a oficios dedicados a las altas finanzas, a los políticos o a la gestión de la res pública.
En cualquier caso, entendemos que a san Valentín no le guste la gente a quien protege, pero que no le quite el trabajo a san Jordi, el verdadero patrón de los enamorados.
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