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Reportaje:

Día de regalos para los niños marroquíes

La Asociación de Mujeres Inmigrantes Marroquíes AMAL de Andalucía celebra la fiesta de la Ashura con juguetes para sus hijos

Una fila de niños esperó ayer su turno para recoger el regalo en la fiesta de la Ashura, mientras sus madres bailaban y tocaban timbales y panderetas. La Asociación de Mujeres Inmingrantes Marroquíes de Andalucía AMAL vuelve a celebrar el décimo día del año nuevo, la Ashura, con una celebración en la que, además de música, baile y dulces, los hijos de las mujeres inmigrantes reciben obsequios. "Es como el día de los Reyes Magos", explica la presidenta de esta agrupación, Tauria El Jabari.

Esta jornada festiva rememora la llegada de Mahoma a Medina, aunque también la muerte del nieto del profeta. "Para los chíitas éste es un día de luto, pero para nosotros, los sunitas, se trata de un día alegre porque pensamos que la sucesión en el Islam no debe ser por parentesco. El que dirija debe ser el más sabio", explica Said Ventrika, vicepresidente de la asociación de inmigrantes Codenaf.

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Ventrika fue uno de los pocos hombres que acudió ayer a la fiesta. Junto a él, estuvo Isidro Antolín, vicepresidente de Sevilla Activa y ex alcalde de Osuna. "De mi época en el Consistorio conservo buenas amistades en Marruecos. Cuando se inició esta asociación, ayude como pude. Necesitaban a alquien que supiera cómo funciona todo aquí", relata Antolín.

AMAL nació hace diez años en Sevilla. Actualmente, tiene tres sedes en la capital andaluza, una en Huelva y dos en Almería, con 600, 200 y 100 afiliadas respectivamente. "Nacimos con la idea de defender los derechos de las mujeres marroquíes. Porque sufrimos el doble, sobre todo, en el acceso laboral. Somos mujeres, inmigrantes y pobres", explica El Jabari.

La organización lleva varios programas dirigidos a estas mujeres y sus familias: clases de español y árabe; y búsqueda de empleo y vivienda, entre otros. "Queremos integrar a los que vienen, pero también conservar sus costumbres", continúa la presidenta.

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Muchos de los 200 niños que ayer acudieron a la fiesta van a las clases de árabe, pero algunos desconocen su lengua natal. "Yo sólo sé escribir papá y mamá en árabe", dice en un perfecto español una de las niñas, de 10 años de edad. "Yo leo el Corán cada día. Hoy es el día de los regalos", afirma otra.

Said tiene doce años. Aunque sus padres son marroquíes, él nació en Sevilla. "Voy a clases de árabe. Lo entiendo, pero no lo hablo bien", dice. Su hermana, Meryem, va a un colegio privado y católico. Yo no me considero cristiana, pero me gusta aprender de las dos religiones. No creo que tengan nada que ver la una con la otra", opina.

Kaltuum Faiz es ahora la secretaria de AMAL. Cuando llegó a Sevilla hace tres años contactó con la asociación. "Me sentí como en casa. Ahora, cuando llega gente, sé cómo se sienten aquí". Como ella, otras mujeres han encontrado ayuda en la asociación. "Yo ya me siento casi más sevillana que otra cosa", afirma Malika, una de estas mujeres, cuya acompañante es madre de uno de los niños de la fiesta.

"La mayoría de regalos los ha donado el Ateneo", explica María Ángeles Benítez, trabajadora social de AMAL. Al caer la tarde, los niños salen disparados a la calle para disfrutar de sus nuevos juguetes en el día de la Ashura.

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