Una exposición de carteles rememora en Málaga las luchas de la Transición

Hubo una época no muy lejana, a la que llamaremos tardofranquismo y Transición, en la que pegar en una pared según qué carteles -en realidad, casi cualquier cartel - podía suponer para el que manejaba la escoba y el engrudo un paso no muy grato por la comisaría o por la cárcel. Algunos de estos pasquines, en los que se reclamaba la amnistía o se apoyaban las huelgas que vieron renacer el movimiento obrero español, venían firmados por algunos de los más grandes artistas españoles de aquel tiempo, como Picasso, Juan Genovés o Rafael Alberti. El sindicato Comisiones Obreras atesora en sus archivos más de 15.000 afiches políticos y sociales desde su fundación hasta la actualidad. Una selección con los 56 más representativos desde 1963 a 2003 puede verse en el Rectorado de la Universidad de Málaga. La fecha en la que se cierra la exposición también es emblemática: el 23 de febrero.

La exposición Arte y Solidaridad, a la que han acudido más de 500 personas desde que se abrió al público el pasado 31 de enero, se ha dividido en cuatro bloques temáticos, aunque es también un recorrido por la historia del arte contemporáneo, desde la abstracción al informalismo pasando por la abstracción. El primer apartado, a mano izquierda, lleva el nombre de "Sindicalismo y conflicto social", y comienza con un plato fuerte: un dibujo de Pablo Picasso en el que una mano sostiene un candil de minero. La obra se titula Asturias 1963, y fue realizada para en apoyo a las huelgas mineras de 1962 y 1963, las primeras protestas internas serias que debió afrontar el régimen del general Franco, y que fueron el germen de la organización obrera clandestina al margen del sindicato vertical del régimen. Llama la atención un cartel de Cristóbal Aguilar para CC OO Andalucía: un retrato a carboncillo de un obrero está enmarcado por el lema "La cuota es también un arma para la lucha obrera". En este cartel, de 1978, se pedía el pago de 150 pesetas a los afiliados para el sostenimiento del sindicato. "La gente utilizaba una cartilla en la que iba pegando sellos a medida que pagaba cuotas. De esta manera evitaba que quedara constancia en el banco de un ingreso en cuenta", recuerda José Diego Moreno, secretario de afiliación y uno de los responsables de Archivos Históricos de CC OO.

La lucha obrera deja paso a "Solidaridad y pacifismo", una serie de carteles contra la guerra, el militarismo y la OTAN, o la celebración del 1 de Mayo. Abre el grupo el cartel de Joan Miró para el Día del Trabajo de 1968, y un pasquín titulado Per la Pau, de Antoni Tapies. El tercer bloque, sobre las libertades democráticas, tiene como gran atractivo el primer cartel con El abrazo, de Juan Genovés. El último bloque, "Cultura democrática", homenajea a diferentes personalidades como Miguel Hernández, Antonio Machado o Pablo Picasso.