Música pictórica

Uno de los artistas latinoamericanos vivos más importantes, el argentino César Paternosto (La Plata, 1931) ha constituido uno de los descubrimientos más celebrados recientemente por parte del público de nuestro país, como se puso de manifiesto en las últimas ediciones de Arco y tras la espléndida antológica que le dedicó, en 2004, el Museo Esteban Vicente, de Segovia, lugar donde actualmente reside el artista, tras pasar varias décadas en Nueva York. La trayectoria artística de Paternosto es curricularmente impresionante, pero no sólo por sus reconocimientos como pintor, sino por su amplio y profundo conocimiento del arte precolombino. No ha sido una actividad en paralelo, porque la creación y la reflexión van muy conjugadas en su obra, que ya despertó interés internacional desde fines de la década de 1960, cuando inició sus series de los campos de luz pigmentados por los bordes de la tela. Esta extremada sutileza formal y conceptual ha fecundado una obra de intensa calidad, donde el rigor analítico no resta un ápice de fragancia al sentido sensual y lírico-musical de su pintura, que continúa hoy desarrollándose con plena madurez. Prácticamente toda la obra que ahora exhibe es de fecha reciente y vibra con esa peculiar mezcla de esencialismo mondrianesco y exquisitez sensitiva tan original y excitante. No necesita hacer mucho ruido Paternosto para que, con delgadas barras cromáticas de tonalidad cambiantes, ritmos muy bien escandidos y campos de luz, nos produzca una honda impresión inolvidable.