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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Mozar Terra, pianista y compositor

Era seguidor de la tradición del samba-jazz de los años sesenta

Mozar Terra, pianista, arreglista y compositor brasileño, falleció el pasado día 9 de enero en la ciudad de São Paulo, con 55 años, víctima de un cáncer de pulmón.

El 6 de diciembre había aparecido en público por última vez en el teatro São Pedro, de São Paulo, en un concierto homenaje en el que 30 instrumentistas y cantantes interpretaron su música. Muy debilitado por la enfermedad, Mozar pudo, sin embargo, tocar algunas de sus piezas.

Mozar Terra había nacido en 1950 en Lavras, en el Estado de Minas Gerais, de Brasil, y comenzó su labor profesional en la década de los setenta como pianista del grupo del batería Edison Machado. Su piano acompañó a Lucio Alves, Dick Farney, Elza Soares o Caetano Veloso, y sonó junto a músicos como Moacir Santos, Milton Banana o Nenê.

Trabajó para la cantante, compositora y guitarrista Joyce en giras por Europa y Japón, y para discos como Delírios de Orfeu (1994) e Ilha Brasil (1996). También con ella participó como pianista y arreglista en la grabación de los Songbooks dedicados a Ary Barroso, Antonio Carlos Jobim y João Donato. Según la misma Joyce, probablemente su faceta más brillante haya sido como legítimo continuador del samba-jazz de los sesenta.

Mozar Terra residió fuera de Brasil durante 15 años. Vivió en París, Nueva York, Rotterdam y Copenhague, ciudades en las que, además de tocar en clubes, dio clases de piano y organizó talleres en escuelas de jazz y también en conservatorios.

Ya de vuelta en Brasil, entró a formar parte del Quarteto Livre junto con el batería Tutty Moreno, el bajista Sizão Machado y el saxofonista Teco Cardoso, con los que grabó el disco Pra que mentir? en el año 1996.

El último disco de Mozar Terra, Caderno de composição, contiene la obra más madura del músico. Su amigo y productor Rodolfo Stroeter escribió: "Ritmos, colores, nombres y, sobre todo, sonidos, muchos sonidos. Discreción y elegancia. (...) Minas está todo dentro de él. Brasil, también".-

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