El despertar de 'La sonámbula'
El Maestranza estrena la ópera de Bellini, su única producción propia de esta temporada
El director de escena francés Patrick Mailler se ha planteado su primer acercamiento a La sonámbula, de Bellini, como "una confrontación entre dos mundos" y ha transformado un argumento de "fábula totalmente absurda" en una historia "muy poética". La sonámbula, la única ópera de producción propia que realizará el teatro de la Maestranza de Sevilla durante esta temporada, se estrenará el próximo sábado y podrá verse también los días 13, 16 y 18 de febrero.
"En mi lectura el aspecto campesino no existe, lo que me interesa es el drama que enfrenta a toda una sociedad, representada por el coro, y a una sólo persona, la protagonista -Amina que encarna la soprano italiana Anna Chierichetti- que es como una isla a la deriva en medio del océano. Incluso musicalmente lo que hace Amina es una acrobacia vocal; así que desde el punto de vista del canto es más una funámbula que una sonámbula", explicó ayer Patrick Mailler.
"Cada vez que se descorra el telón en el escenario habrá tres o cuatro ovejas que serán testigos de la obra. Son un símbolo del sueño, porque todo se complica durante el sonambulismo de la protagonista; pero también del borreguismo que suele caracterizar a todas las sociedades", comentó el director de escena, quien además firma los figurines.
"Esta ópera para mí es como un baño de pureza, la música tiene tal levedad que permite que se oiga absolutamente todo, nivel que no alcanzan otros de sus títulos", afirma Roberto Paternostro, director musical de la producción, quien estará al frente de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.
La sonámbula, que cuenta con la escenografía de Maria Rosaria Tartaglia y la iluminación de Juan Manuel Guerra, tiene un reparto de cantantes jóvenes. Junto a los protagonistas, Anna Chierichetti y el tenor ruso Dmitri Korchak, aparecen el bajo Carlo Cigni y la mezzosoprano Damiana Pinti. Además en el reparto hay tres cantantes españoles: la soprano granadina Sandra Pastrana, el barítono madrileño Alberto Arrabal y el tenor sevillano Arsenio Vergara.
"Es absurdo contemplar cómo el patrimonio musical italiano se valora en España, mientras que en Italia el Gobierno ha recortado el 30% del presupuesto de los teatros y gastan el dinero en programas de televisión de mierda", comentó Carlo Cigni.
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