Charlize Theron interpreta la dura historia de una minera en Minnesota
'Tierra de hombres' narra la lucha que emprendió una empleada contra el acoso sexual
"Sé lo dura que puede ser la vida: nací en una pequeña comunidad surafricana donde las cosas eran muy difíciles", dice Charlize Theron. De cerca, tan rubia y esbelta, no parece la actriz más adecuada para interpretar en Tierra de hombres, su último trabajo, a una minera de Minnesota víctima de todo tipo de abusos sexuales. Resulta perfecta, sin embargo, como lo fue para interpretar a la prostituta asesina de Monster. Como dice, su infancia no fue fácil, y no sólo por lo remoto y tosco de su pueblo: su madre mató a su padre porque éste la agredía. Podría ser una historia más de Tierra de hombres.
Dirigida por la neozelandesa Niki Caro, el filme cuenta la historia de un grupo de mujeres que tras una sentencia emitida en 1979 por la Corte Constitucional de Estados Unidos obtuvo el derecho a trabajar en las minas del norte de Minnesota. Fueron brutalmente acosadas por sus compañeros, que temían perder su propio puesto de trabajo. Sola, hostigada por los hombres y despreciada por las mujeres, una empleada, Josey Aimes (encarnada por Charlize Theron), planteó una demanda judicial. Poco a poco, otras obreras rompieron la ley del silencio y se unieron a ella.
Tierra de hombres es una película dura, rodada en el invierno de Minnesota con cientos de figurantes locales. Los personajes trabajan, beben, fuman y sufren entre páramos nevados y gases tóxicos. "Parece que hayamos cargado la mano en el guión y hayamos exagerado los abusos, los ataques y las situaciones terribles que sufren las mineras, sobre todo Josey; en realidad, las protagonistas de aquella historia me dijeron, después de ver la película, que nos habíamos quedado cortos", explica Niki Caro. La directora y la principal protagonista de Tierra de hombres presentaron el filme ayer en Roma.
"Puedo entender a aquellos hombres", comenta Charlize Theron. "No a los violadores o a los agresores, pero sí a quienes callaban ante la violencia sexual y hacían lo posible para que las mujeres abandonaran la mina. Los hombres necesitaban su trabajo para alimentar a sus hijos, se limitaban a defenderse. No eran malos. En Suráfrica conocí mucha gente como ellos".
La actriz se declara muy tranquila ante su segunda candidatura al Oscar, después de haber obtenido la estatuilla por Monster. "El Oscar no te cambia la vida, no te lava los platos ni hace tu trabajo por ti; creo, de todas formas, que la Academia de Hollywood tiende a premiar los trabajos difíciles e independientes como éste", indica. Theron dice que su aldea surafricana también le enseñó algunas cosas sobre el aspecto comercial del cine. "¿Sabe qué tipo de películas llegaban al cine local? Imagíneselo. Solamente aventuras y comedias de Hollywood. Y nosotros, el público real, el que no vive en las grandes ciudades, íbamos a verlas, todas, siempre", dice.
La actriz, de 30 años, vive en Los Ángeles con sus cuatro perros y se declara "la persona más sencilla del mundo": "Me gusta hacer mermelada, descorchar una buena botella de vino, charlar con los amigos y jugar con mis perros; me hace falta poca cosa para ser feliz".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.