Inmigrantes y pobreza en L'Ho

El día 3 de febrero, el alcalde L'Hospitalet, Celestino Corbacho, escribía un artículo en el que, aunque en un primer momento lo negara, afirmaba que la inmigración era un problema y que éste no podría solucionarse si no era con "políticas de control y mediación", a través de un cambio de legislación que limitara el número de personas que pueden empadronarse en un domicilio.

Contrariamente, creo que la inmigración y el aumento de nuevos ciudadanos en L'Hospitalet es una realidad, no un problema. El problema es la pobreza que les obliga a vivir confinados en unos cuantos metros cuadrados y el deterioro de los barrios de nuestra ciudad por la dejadez de todos sin excepción.

No creo que un cambio de legislación pueda hacer mucho si no existe un grupo de profesionales que haga cumplir las normas establecidas. Es lo que ocurre ahora en L'Hospitalet, donde las irregularidades urbanísticas, las obras sin permiso, el chabolismo vertical, el deterioro de las calles, de los bancos y las farolas de nuestras calles son rasgos que parecen definir una ciudad dejada, muy dejada.

Tres meses con un contenedor quemado enfrente de casa dice mucho de lo que quieren en la ciudad unos, que lo quemaron, y otros, que no lo retiran.