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Reportaje:OFERTAS DE EMPLEO

Los abogados cambian de régimen

Entre 20.000 y 25.000 profesionales se han convertido en asalariados hasta el pasado 1 de febrero

Amaya Iríbar

Entre 20.000 y 25.000 abogados, según los primeros cálculos del Ministerio de Trabajo, han recibido su primera nómina en los últimos meses. Es el resultado del proceso de regularización al que se han visto obligados muchos despachos que tenían a sus profesionales como trabajadores por cuenta propia. El plazo para darles de alta en el régimen general de la Seguridad Social acabó el miércoles.

En Uría Menéndez calculan que sólo el coste anual en Seguridad Social superará los tres millones de euros

Algunos de los despachos de abogados más grandes de España llevan unos meses algo revueltos. Una ley les obligaba a dar de alta en el régimen general de la Seguridad Social a sus abogados como muy tarde el 1 de febrero. En esta situación están algunas de las firmas punteras en derecho mercantil, como Uría Menéndez, Cuatrecasas o Gómez-Acebo & Pombo.

De estos tres despachos sólo Gómez-Acebo & Pombo da cifras concretas del alcance de este proceso, que, en su caso, afecta a 120 abogados de los 176 de la firma. Quedan fuera los 40 socios y algunos abogados que ya tenían una relación laboral con el despacho, como los que trabajan en la oficina de Bruselas.

El Ministerio de Trabajo calculó en su día que la medida afectaría a entre 20.000 y 25.000 profesionales, aunque en la Secretaría de Estado de la Seguridad Social aún no pueden dar una cifra al respecto. En España hay 114.135 abogados ejercientes, según el censo del Consejo General de la Abogacía.

"Ningún problema"

La transformación de la relación mercantil en laboral "no supone ningún problema", resume Salvador del Rey, socio de Cuatrecasas, una opinión que comparten todos sus colegas consultados. Basta con sustituir el contrato de colaboración que mantenían los abogados, donde se fijaban los deberes de los abogados, por un contrato laboral.

A pesar de ello, el cambio tiene consecuencias importantes. Tanto para las firmas como para los abogados. Los despachos deben asumir un coste de Seguridad Social que antes corría a cargo de sus profesionales y que, dados los buenos sueldos de los abogados, suele ser alto.

Un estudio de la consultora Bao & Partners de 2005 cifra en 21.563 euros brutos anuales el sueldo medio de entrada en los grandes despachos. Con siete años de experiencia, ese salario alcanza los 58.971 euros brutos en concepto de sueldo fijo, cantidad a la que habría que sumar otros 7.864 euros de retribución variable.

En Uría Menéndez, con unos 300 abogados, han calculado que se gastarán algo más de tres millones de euros este año sólo en cuotas de la Seguridad Social. Gómez-Acebo & Pombo estima que pagará 1,5 millones de euros. Cuatrecasas, con alrededor de 500 abogados, el despacho mercantil más afectado, no ha querido dar este dato.

Este gasto ya lo tenían algunos de sus grandes competidores, como Garrigues (más de 1.000 abogados) y los brazos legales de las grandes firmas de auditoría (Landwell, Deloitte, Ernst & Young y KPMG).

Para los abogados, el cambio supone mayor seguridad -tendrán derecho a la prestación por desempleo, a indemnizaciones por despido, etcétera-, pero también una pérdida de liquidez. La retención a cuenta del IRPF para los trabajadores por cuenta propia es del 15%, independientemente de los ingresos. Para un asalariado, esa retención es proporcional a su sueldo y puede llegar hasta el 45%. "Ese cambio ha preocupado a muchos bufetes", reconoce Ignacio García-Perrote, socio de Uría Menéndez, porque supone una bajada significativa de los ingresos líquidos mensuales. "He perdido 700 euros al mes", reconoce un profesional que prefiere no dar su nombre. Distintas fuentes calculan que los ingresos netos mensuales de un abogado pueden verse reducidos entre 600 euros y 1.800 euros. Aunque a nadie le gusta ver cómo su nómina adelgaza, hay que tener en cuenta que la carrera profesional en los grandes despachos de abogados es relativamente rápida. "Los ascensos se producen cada dos o tres años", explica Del Rey, y no son raras las subidas de sueldo de dos dígitos.

Bono extraordinario

Las firmas han reaccionado de diferentes formas ante esta situación. Además de hacer un esfuerzo por explicar el proceso a los afectados, las hay que, como Uría Menéndez, han decidido dar un bono mensual de carácter extraordinario para compensar la pérdida de liquidez de sus profesionales. En Gómez-Acebo & Pombo han compensado la merma de ingresos netos por dos vías: en el caso de los abogados con menos de siete años de experiencia -algo menos de 80-, que no tienen retribución variable, se les ha entregado un bono de 2.000 euros, y en el caso de los más veteranos se ha modificado la estructura de retribución: "Se ha subido mucho la parte fija y se ha reducido la variable", explica Manuel Martín, director del despacho.

Para Cristina Jiménez, directora de la Escuela Jurídica del Instituto de Empresa, el riesgo ahora es que se produzcan reajustes de plantilla. Las firmas consultadas niegan esta posibilidad: "El objetivo es que este cambio no tenga repercusión ni en la política de contratación del despacho ni en la carrera de nuestros abogados", resume García-Perrote el sentir de todos los despachos. En Gómez-Acebo & Pombo aseguran que este año contratarán unos 40 abogados.

Abogados en los Juzgados de la plaza de Castilla (Madrid).
Abogados en los Juzgados de la plaza de Castilla (Madrid).GORKA LEJARCEGI

Éxito conjunto

Aunque los abogados que trabajan para una firma serán desde ahora asalariados, no serán trabajadores cualquiera. Estarán sujetos a una relación laboral especial, aún por desarrollar legalmente, lo que quiere decir que algunas disposiciones del Estatuto de los Trabajadores no les serán de aplicación.

Esta circunstancia ha sido vista como un gran éxito por parte de los bufetes afectados, que han actuado de forma conjunta en esta lucha. Para ellos, la clave está en garantizar algunos aspectos consustanciales a la profesión, como la independencia, el secreto profesional o las incompatibilidades.

"Yo no puedo actuar como un empresario con mis abogados", asegura Manuel Martín, de Gómez-Acebo & Pombo; "estamos hablando de una actividad muy distinta a cualquier otra y en la que el profesional aspira a ser dueño de su empresa".

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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