El acuerdo sobre el Estatut provoca rechazo en sectores del PP y de los socialistas valencianos
El sector zaplanista y parte de la Ejecutiva del PSPV no eran partidarios del pacto
El acuerdo entre el PP y el PSOE para eliminar del Estatut la barrera del 5% que permite obtener representación en las Cortes Valencianas fue criticado ayer desde diversos frentes, en especial de la izquierda y el nacionalismo. Pero también desde las filas de los dos partidos que suscribieron el pacto. Sectores del PP, como los zaplanistas, se mostraron críticos con el acuerdo y parte de la Ejecutiva del PSPV, decepcionada, por motivos diferentes. Mientras, los líderes de los dos partidos firmantes, Francisco Camps y Joan Ignasi Pla, no se prodigaron en declaraciones y celebraron discretamente el acuerdo, en contraste con la euforia que mostraron el 1 de julio de 2005 tras aprobar el Estatut en las Cortes.
El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, acogió ayer con alivio y satisfacción el acuerdo alcanzado con el PSOE que permite seguir adelante con la tramitación del Estatut. Camps realizó la última llamada telefónica a Pla pasada la medianoche del miércoles para cerrar con él la manera en la que se iba a presentar el acuerdo a la mañana siguiente en la Comisión Constitucional del Congreso. La llamada puso fin a unas tensas negociaciones que desde las 19 horas del miércoles y hasta cerca de la una de la madrugada del jueves mantuvieron en vilo a los negociadores del PP y del PSOE.
La dirección nacional del PP sopesó a lo largo de la negociación la posibilidad de romper el acuerdo, al considerar que los socialistas no habían cumplido lo establecido y amenazaban con formar un nuevo frente parlamentario contra los populares. Sin embargo, el coste de dejar a uno de sus principales barones territoriales sin el principal logro de la legislatura también fue sopesado. Finalmente, tras llegarse a discutir sobre la posibilidad de aceptar algún cambio sobre las referencias al "idioma valenciano", el PP decidió que sólo estaba dispuesto a aceptar las modificaciones mínimas. Es decir, suprimir la barrera electoral del Estatut, pero blindándola en la ley electoral.
Por parte socialista, Pla se mantuvo firme en su posición de que se modificase la referencia al valenciano hasta cerca de las 23 horas del miércoles, mientras en Madrid la dirección del Grupo Socialista, en compañía de Ciprià Ciscar y Antoni Such, intentaba convencer al PP de lo insuficiente de sus propuestas. Finalmente, a última hora de la noche del miércoles empezó a ganar terreno la opinión de que el PP realmente podía rechazar el Estatut. Situación que, según fuentes socialistas, hubiese abierto un nuevo frente de confrontación y habría dificultado todavía más el debate sobre la reforma catalana. Los socialistas, tras muchas deliberaciones, optaron por mantener el acuerdo siempre y cuando Pla llegase a la misma conclusión y tuviese la última palabra, como así ocurrió.
Pese al acuerdo, ayer Camps y Zaplana no se prodigaron en declaraciones, en contraste con la euforia que demostraron cuando se aprobó la reforma en las Cortes Valencianas. "En esa apuesta tenemos que estar todos y confío en que vamos a estar todos", dijo Camps, porque se está ante "un proyecto político colectivo, que es tarea de todos y entre todos tenemos que conseguir que siga creciendo a beneficio de la Comunidad". Mientras, Pla aseguró: "Hemos conseguido avanzar y mejorar nuestro Estatut".
Pero en las filas de los dos partidos surgieron voces críticas. En el caso de los populares, la principal vino del sector zaplanista. "Siempre es positivo, desde el punto de vista del partido, que lleguemos a acuerdos", dijo ayer José Joaquín Ripoll, presidente del PP de Alicante y destacado representante del sector zaplanista en la provincia. Pero añadió que "como en ocasiones anteriores" está "en contra de esta salida de la barrera electoral del Estatuto". No obstante, consideró que el acuerdo "parece ser que en este caso se saca con ciertos blindajes", en referencia a la decisión de dejar el 5% en la Ley Electoral y aumentar hasta los dos tercios la mayoría necesaria para modificar esta norma. Ripoll llegó a decir que es partidario de que la barrera electoral figure en la Constitución.
En el caso de los socialistas se escucharon voces críticas, pero, sobre todo, cierta decepción, que la Ejecutiva, reunida ayer por la tarde, no dejó entrever. "Los socialistas hemos apostado y hemos conseguido un marco legal en nuestra Comunidad que permitirá desarrollar políticas de progreso", dijo Manuel Mata, portavoz de la dirección del partido de los socialistas valencianos.
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