Mocos y tensión
Tras permitir que Jorge Javier Vázquez y Alessandro Lequio se enzarzaran en una tensa discusión con motivo de un vídeo sobre unos mocos, Ana Rosa Quintana se puso trascendente y les pidió calma. Es un arte que sólo dominan las grandes damas de la pantalla: azuzar peleas y propiciar reconciliaciones teatrales. El salón de la Quintana parece acoger una tertulia tranquila, con risas e infusiones, pero, de repente, se transforma en una de esas obras en las que todo aparenta normalidad hasta que los personajes muestran su lado más oscuro destilando un veneno altamente adictivo. Para justificar El programa de Ana Rosa o Aquí hay tomate se suele echar mano de las audiencias o se dice: si no te gusta, cambia de canal. ¿Pero qué ocurre con los que disfrutamos con estos programas no porque sean divertidos o tengan audiencia sino porque contienen fascinantes índices de abyección?
La gala de los Goya fue comentada en un Enfoque (La 2) que tuvo mucho de flagelación gremial. Salvador Augustin, director de programas de TVE, admitió los errores de la gala con la impotencia de quien parece incapaz de corregirlos. Fue más convincente Antonio Resines en Noche Hache (Cuatro). Mientras tanto, siguen las bromas sobre el vestido que lució Carmen Calvo. Dicen que se lo puso para promocionar la moda española. Ojalá a Solbes no le dé por imitarla. Los comentarios hablan del vestido de la ministra de Agatha Ruiz de la Prada. Por lo visto, además del de Defensa, existe un ministerio de Agatha Ruiz de la Prada, probablemente dedicado a los corazones artificiales. Y hablando de corazones: en El Loco de la Colina (TVE) Lena Burke cantó Tu corazón. Es la nieta de Elena Burke, la hija de Malena, y lleva el nombre de un perfume soviético que su padre le regaló a su madre. Lo último de Cuatro: el concurso de cultura general Alta tensión. El martes, para demostrar cómo funciona nuestra red eléctrica, el programa se interrumpió durante medio minuto sin dar explicaciones, confirmando que cuanto más alta es la tensión, más dura es la caída.
