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La conferencia de países donantes promete más ayuda a Afganistán

El plan aprobado en Londres considera prioritario combatir el opio

El Gobierno de Afganistán recibió ayer el respaldo de la comunidad internacional con la aprobación de un plan de desarrollo a cinco años que pretende reforzar la seguridad y las frágiles instituciones democráticas y judiciales e impulsar su desarrollo económico. El plan, que prolonga y amplía el acordado en Bonn en diciembre de 2001, tras la caída de los talibanes, tiene uno de sus puntos cardinales en la lucha contra el cultivo del opio, que acaba generando más de la mitad de la riqueza anual del país, pero corrompe todos los segmentos de la sociedad y mina su sistema de Gobierno y de justicia.

La Conferencia sobre Afganistán, que concluye hoy, ha permitido calibrar los progresos de este país, cuya economía crece a tasas por encima del 10% y que dispone por fin de un parlamento elegido democráticamente y en el que las mujeres, que con los talibanes no podían ni ir a la escuela, ocupan una cuarta parte de los escaños.

Pero ha permitido también constatar sus inmensas carencias: pobreza, analfabetismo, infraestructuras deficientes, terrorismo y, sobre todo, una economía basada en la heroína. Se calcula que casi el 10% de la población trabaja en la industria del opio y que ésta beneficia de una manera u otra al menos a una tercera parte, incluidos más de 80 diputados. La hoja de ruta acordada ayer se propone acabar con el problema de los narcóticos actuando en varios frentes, desde el reforzamiento del imperio de la ley a la presión sobre los traficantes, promoviendo el abandono del cultivo de opio que luego se transforma en heroína.

El plan consagra la extensión del papel de la OTAN, que en primavera sustituirá a las tropas de EE UU en el sur del país y permitirá el desplazamiento de éstas hacia el este, donde se refugian los talibanes y los barones de la droga. También promueve la consolidación del Ejército y la policía afganos para 2010 y el desmembramiento de los grupos armados en 2007.

Lucha contra la corrupción

La lucha contra la corrupción, el reforzamiento de las estructuras democráticas y judiciales, la creación de un censo y estadísticas fiables, ayuda técnica al Parlamento, la consolidación de la comisión electoral, la igualdad hombre-mujer, el imperio de la ley, la reforma agraria, la lucha contra los narcóticos y la protección de los derechos humanos conforman el capítulo sobre el buen gobierno.

El capítulo económico establece una serie de objetivos en carreteras, transporte aéreo, energía, recursos naturales, saneamiento de aguas, desarrollo urbano, medio ambiente, educación, sanidad, lucha contra la pobreza, etcétera.

El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, confirmó el compromiso de España en la reconstrucción de Afganistán, tanto mediante las tropas que se hacen cargo de la seguridad en uno de los nueve equipos de reconstrucción con los que actúa la comunidad internacional, como en materia de cooperación y asistencia. El ministro, que anunció que en los próximos días visitará a las tropas españolas desplegadas en Herat y Qala-i-Naw, adelantó que España se dispone a contribuir con 150 millones de euros en los próximos cinco años a los esfuerzos de la comunidad internacional en Afganistán.

Aunque ésta no es propiamente una conferencia de donantes, otros países confirmaron también sus compromisos con la reconstrucción. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, confirmó que Estados Unidos destinará 900 millones de euros, y el primer ministro británico, Tony Blair, 660 millones. Rusia está dispuesta a condonar la deuda de 8.200 millones de la era soviética, aunque exige que Afganistán reconozca primero esa deuda. Según cálculos de la BBC, la comunidad internacional ha comprometido 5.750 millones de euros en ayudas, lejos aún de los 13.000 millones que se consideran necesarios.

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