Lendoiro y su interminable historial de pleitos
No ha habido en los últimos años pleito, litigio o causa judicial que haya esquivado el Deportivo. Pocos clubes como el que preside Augusto César Lendoiro han corrido tan rápidamente a los órganos jurisdiccionales del deporte o a los tribunales de justicia para ventilar sus diferencias con futbolistas, con otras entidades y, muy especialmente, con las propias autoridades deportivas. De hecho, esta es la tercera vez que el Depor recurre a la justicia ordinaria por asuntos relacionados con el desarrollo de la competición.
En 1994, los activos servicios jurídicos del club gallego pidieron ni más ni menos que la anulación de la última jornada de Liga. Fue el famoso campeonato que el Depor perdió tras el penalti fallado por Djukic en el último minuto, precisamente contra el Valencia. El Depor consideraba ilegal la decisión de la federación de adelantar al viernes la última jornada de Liga para que el otro aspirante al título, el Barcelona, campeón a la postre, tuviese más tiempo de descanso antes de la final de la Copa de Europa. El recurso fue sucesivamente rechazado en todas las instancias judiciales.
A la siguiente ocasión, en 1997, el incendio fue de tales proporciones que provocó la intervención de la FIFA para amenazar al Depor con expulsarle de las competiciones si acudía a la justicia ordinaria. El conflicto se originó por un caso con algunas semejanzas al actual. Y entonces los argumentos del club gallego no fueron exactamente los mismos. El estadio de Riazor había sido clausurado por los incidentes en un partido contra el Rayo, en el que, como ahora, una moneda lanzada por un espectador alcanzó al árbitro Llonch Andreu.
El Deportivo alegó entonces en su defensa que no se le podía responsabilizar de una agresión cometida por un solo espectador. Los comités disciplinarios de la FEF y del CSD rechazaron sus argumentos. Lendoiro anunció entonces que no cumpliría la sanción y recurrió a los tribunales. Como ahora, estuvo en el aire la celebración de un partido de Liga entre el Depor y el Barça, en el que debía cumplirse la clausura del estadio. Tras varios días en vilo, con Lendoiro desafiando a toda la nomenclatura del fútbol español e internacional, el Depor retiró el recurso. A pesar de ello, la FIFA tomó represalias e inhabilitó a Lendoiro 18 meses por calificar a sus representantes de "mafiosos".
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