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Interior crea un equipo policial de reacción rápida ante grandes atentados terroristas

Un grupo para operaciones encubiertas podrá infiltrarse en redes de 'narcos' para desarticularlas

Jorge A. Rodríguez

El Ministerio del Interior ha decidido crear "un equipo policial de apoyo ante grandes ataques terroristas", compuesto por policías y guardias civiles de información, policía científica, desactivación de explosivos y especialistas en ataques químicos, nucleares y bacteriológicos. El grupo se activará de "forma inmediata" para coordinar todas las actuaciones antiterroristas a fin de evitar disfunciones como las del 11-M. Además, se integrará en la futura fuerza europea antiterrorista que el ministro del Interior, José Antonio Alonso, propondrá a los países del G-5 en su reunión de marzo en Alemania.

Alonso ha manifestado en varias ocasiones que hoy día la amenaza de un atentado terrorista islamista en España es igual a la que pende sobre los países de su entorno. Alta. Esta constatación, así como la descoordinación vivida en las primeras horas y días posteriores al 11-M, ha llevado a Interior a la creación de este equipo.

El equipo de reacción ante grandes atentados estará formado por un grupo de agentes cuyo cometido será garantizar "la inmediata atención de los afectados por los ataques, atenuar los daños causados y facilitar las actuaciones de las unidades policiales intervinientes para desarrollar con la mayor eficacia las investigaciones tendentes a esclarecerlos".

La creación de este grupo fue decidida el 30 de noviembre por el llamado Comité Ejecutivo para el Mando Unificado (CEMU) de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero la instrucción para su puesta en marcha se ha dado este mes. Estará compuesto por jefes de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía de los servicios de Información, Policía Científica, desactivación de explosivos y equipos NRBQ (especialistas ante ataques nucleares, radiológicos, bacteriológicos, químicos). El número de efectivos, no obstante, está aún por decidir, pero los elegidos dispondrán de una credencial específica que los identifique como miembros de la citada unidad.

El equipo estará disponible "permanentemente" para su "activación inmediata" en caso de un hipotético y nada deseado ataque a gran escala. Cada tres meses se reunirá para intercambiar datos y experiencias. Si se produce el ataque, el coordinador del grupo (lo dirigirá alternativamente por periodos de un año un jefe de la Guardia Civil o de la policía) se pondrá al mando de las actuaciones "con objeto de que no se produzcan interferencias ni descoordinación".

El grupo participará "en cuantas actuaciones sean precisas para la recogida y análisis de pruebas que permitan la identificación de las víctimas, así como de los presuntos autores de los hechos"; "la investigación sobre el tipo de material y artefactos explosivos utilizados, así como las técnicas utilizadas"; "la adopción de medidas específicas ante situaciones de amenaza NRBQ", y "la captación de información sobre la organización responsable del atentado, sus autores, así como el intercambio de la información anterior con las unidades operativas de las fuerzas y cuerpos allí actuante".

Germen de la fuerza europea

El equipo pretende ser el germen de la futura fuerza europea de reacción antiterrorista que el ministro Alonso propondrá crear el próximo mes de marzo en Alemania a los ministros del Interior del llamado Grupo de los Cinco o G-5 (Alemania, Italia, Reino Unido, Francia y España). De hecho, la instrucción, que será firmada por el secretario de Estado, Antonio Camacho, permite al grupo español desplazarse a cualquier país europeo que requiera "para asesorar y colaborar en la investigación".

Por otro lado, la Comisaría General de Policía Científica, que dirige Juan Antonio González, está ya entrenando a un grupo de agentes para ejecutar operaciones encubiertas contra la gran delincuencia. La unidad se crea al amparo de la Ley Orgánica 5 / 1999, de modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que permite las "entregas vigiladas" de drogas, a efectos de investigación de redes de narcos, y da cobertura legal a la figura del "agente encubierto".

Los agentes de esta brigada podrán actuar "bajo identidad supuesta" (pero conocida por la autoridad judicial), que el Ministerio del Interior les otorgará para periodos de seis meses prorrogables. Con esas identidades falsas, los elegidos podrán "adquirir y transportar los objetos, efectos e instrumentos del delito y diferir la incautación de los mismos", y quedarán eximidos de responsabilidad criminal, siempre que no delincan por sí mismos ni su actuación constituya "una incitación al delito".

La policía ya ha utilizado en alguna ocasión este mecanismo. La última vez fue en junio pasado y permitió incautar un barco con 5.000 kilos de cocaína. El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska dio cobertura para infiltrarse en una red británica y colombiana a policías del Reino Unido, en colaboración con agentes españoles. Crearon una empresa naviera a la que los traficantes fueron llevados para contratar el barco de la coca.

La policía inspecciona uno de los trenes de cercanías afectados por las explosiones del 11-M en la estación de Atocha (Madrid).
La policía inspecciona uno de los trenes de cercanías afectados por las explosiones del 11-M en la estación de Atocha (Madrid).GORKA LEJARCEGI

Bases de datos de huellas de zapatos, orejas y voces

La Comisaría General de Policía Científica, que dirige Miguel Ángel Santano, ha puesto en marcha una base de datos que, por ahora, es única en España. Se llama Sicar-5, y permite almacenar y comparar las huellas de calzado recogidas en los lugares en los que se han cometido hechos delictivos. La modernización de esta sección policial incluye también la puesta en funcionamiento de un nuevo sistema automático para la comparación e identificación de señales acústicas forenses, desde voces a ruidos ambientales.

Los agentes de bata blanca, además, han adquirido un sistema para recuperar "huellas de la oreja" (otogramas).

Los autores de robos con fuerza necesitan en muchas ocasiones saber si la vivienda que van a asaltar está vacía u ocupada, y para ello apoyan su oreja para percibir si hay ruidos en su interior.

Las huellas dejadas son más resistentes al paso del tiempo o al roce que los dactilogramas (las de las yemas de los dedos) y, además, aportan otras informaciones, como estatura aproximada del autor, uso de pendientes o gafas.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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