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EL ENREDO
Columna
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Rabiosa actualidad

LAS FUERZAS NACIONALSOCIALISTAS que ocupan España mediante el desalmado Zapatero, cuya ilegitimidad de origen entronca con la ilegalidad de sus acciones, gobierno bastardo, hijo del terrorismo y grlmsfx, han dado esta semana un paso decisivo: el Estatut permitirá a los catalanes quedarse con todo el dinero, el agua, la energía, la banca, la televisión y la gamba de Huelva, que dejará de ser de Huelva para pasar a ser de Granollers. Ahí la gamba sale perdiendo, con todo el respeto para Granollers, pero el Estatut no perdona. Si le preguntan a la gamba, se queda en Huelva. O no. ¡A lo mejor la gamba quiere viajar, pero es que no le preguntan! Aquí no hay libertad. Ni referéndums, ni nada de nada. Perseguida la familia, el número de homosexuales se ha multiplicado por diez en el último año. No te digo más.

La gamba de Huelva dejará de ser de Huelva para pasar a ser de Granollers. Ahí la gamba sale perdiendo

La estrategia liberticida que, como su propio nombre indica, cercena la libertad de expresión, de otra parte inexistente en nuestro país como se puede comprobar con artículos como éste, escritos con indirectas para evitar la censura (nacionalsocialista) permitirá tal vez al cínico desvergonzado (y nacionalsocialista) Zapatero seguir en el machito apoyado en partidos cuyo respaldo no alcanza el medio millón de votos, como los nacionalsocialistas de ERC. Pero será a costa de tener a España secuestrada, humillada, y finalmente muerta. Ciertamente, puede aducirse que los (nacional)socialistas tienen once millones de votos, y que los poscomunistas herederos del estalinismo de Izquierda Unida tienen otro millón, y que los mercaderes de CiU suman casi otro millón, y que el reciente conchabamiento con los semiterroristas del PNV, más el acuerdo de las absurdas minorías regionales que acaban votando a favor del Gobierno son otro millón, y con la cuenta de la vieja, once más medio y me llevo tres, nos sale que el sanguinario liberticida (y nacionalsocialista) ZP se sustenta en catorce millones de votos. Sí, muy bien. ¡Pero aquí no estamos hablando de españoles raros! ¿Qué es eso de benegá, errecé, peá, pipí y popó? Lo que hay que hacer es reformar la ley electoral, y el que quiera votar raro, que vote, pero sin diputados. Democracia en serio. Además, eso de catorce millones de votos no está tan claro, porque hay que descontar a los que votaron el 14-M, pero que generalmente no votan. Un millón menos. O dos. Mejor dos. En la otra parte hay que sumar a los que se quedaron en casa y no fueron a votar, acoquinados por la campaña de intimidación: un millón más. O dos. Mejor tres. Ya llevamos cinco. A continuación se restan los manipulados y los engañados, quitamos a los que ya se han arrepentido, sumamos los que deberían haber votado en un país serio de una civilización seria, y no en este Occidente que cada día está más flojo con tanto estado de bienestar y tanta mandanga, y nueve por seis veinticuatro y el siete lo pago triple, sale que el PSOE es extraparlamentario, Zapatero se ha exiliado, Carod Rovira está en Guantánamo y España se ha desgajado de la decadente Europa para liderar el mundo, mano a mano con EE UU. Ellos ponen la fuerza; nosotros, el cerebro. Esa es la realidad, y quien no quiera verla es un loco (y nacionalsocialista).

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