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Reportaje:

Niños en 'paradero desconocido'

Los tres hermanos fugados de un centro de protección de menores de Sevilla siguen escondidos después de 14 meses

"Esos se vienen conmigo otra vez, a mi casa. Con ellos no se va a quedar la Junta. Eso seguro". Manuela Muñoz, de 40 años, la madre de los tres menores que se escaparon hace un año y dos meses de un centro de protección de la Junta de Andalucía, espera la decisión de la Audiencia de Sevilla, ante la que ha recurrido el desamparo dictado hace 14 meses por el juzgado de familia número 6 de Sevilla, que le quitó la guarda y custodia de cuatro de los seis hijos que ha tenido.

Los tres niños fugados siguen oficialmente en paradero desconocido. Sólo una niña de ocho años permanece en un centro de protección de Carmona (Sevilla). Uno de los menores huidos, que tiene 12 años, asegura que echa de menos jugar con sus amigos en la calle "sin estar pendiente" de que puedan buscarlo. Afirma que se escapó "porque sí".

A Manuela Muñoz le retiraron otra hija que tiene ahora seis años a los pocos meses de nacer, el mismo año que ella y su marido ingresaron en prisión. No la ha vuelto a ver. Su hijo menor, de cuatro años, vive con su hermana y no aparece registrado "en ningún sitio para que nadie se lo lleve".

Desde que agentes del grupo especial de operaciones de la policía, entraron en su piso con una orden judicial para llevarse a los menores, esta madre siente "un vacío tela de grande" porque los niños, aunque se han escondido cerca tras su fuga, no duermen en sus camas ni comen en la mesa. Ni han vuelto a la escuela. Y eso, explica, es lo que más le preocupa. "Eso y que escondidos están haciendo vida de adultos y son niños".

Los tres menores se fugaron a las pocas horas de llegar al centro de protección de Mairena del Aljarafe. "Los dos chicos se escaparon juntos, cogieron el autobús y me llamaron por teléfono. Salí a buscarlos con un vecino porque se habían perdido y los vimos andando por la calle Don Fadrique, en el barrio de la Macarena. Él tenía 11 años y ella siete", recuerda la mujer. El mayor había llegado a su casa el día anterior. Manuela Muñoz dice que informó tres días después de la fuga a la Delegación Provincial para la Igualdad y el Bienestar Social.

La administración autonómica ha enviado varios oficios a la policía para que busque a los niños. Técnicos y responsables de la consejería se han reunido en varias ocasiones con la familia y la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía para buscar una solución a este caso. "Hemos intentado buscar una solución para cada niño pero la Junta se cierra en banda y exige la entrega para resolver la situación", señalan en la asociación.

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En un comunicado, la Delegación Provincial para la Igualdad manifiesta que siguen propiciando encuentros con la familia para recuperar la guarda de los menores. Y añaden que continuarán trabajando con la familia "de cara a la reinserción de los menores cuando las condiciones lo permitan".

El padre de los niños, Manuel Amaya, vendedor ambulante, se enorgullece de haberse preocupado de que fueran al colegio. "Mis niños siempre han tenido un padre y si mi mujer estaba mal estaban también mi suegra o mi cuñada que viven en el mismo bloque". La tía de los niños ha criado al hijo menor de la pareja y se ocupó de los demás cuando el matrimonio pasó dos años en la cárcel. Manuela Muñoz está metida en un programa de metadona aunque no se siente capaz de dejar la droga. "Desde los 16 estoy en esto y el día que amanece triste yo lo llevo muy mal". Ella pide un trabajo fuera del barrio para tener una responsabilidad y alejarse "del ambiente".

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