Unos butroneros asaltan un banco de Vallecas y eluden el cerco policial

Dos encapuchados asaltaron ayer la sucursal del Banco Popular de la calle de Martínez de la Riva, en el distrito de Puente de Vallecas, con el método del butrón (entrando a través de un agujero). Después de amenazar al director y al interventor de la sucursal, lograron sustraer 2.500 euros de la caja y todo el dinero que contenía el cajero automático. La policía, alertada por la alarma, acudió cuando los delincuentes aún estaban en la oficina, pero éstos lograron escapar a través del alcantarillado.

El atraco se produjo sobre las 7.30, antes de abrir al público. Los asaltantes accedieron a la sucursal por la red de alcantarillado y, tras hacer un butrón en el suelo del baño, esperaron a que llegaran los primeros empleados. La policía cree que los ladrones conocían el banco porque accedieron por una zona donde no hay sensores volumétricos (que activan la alarma al detectar algún movimiento).

El primero en llegar ayer al banco fue el interventor, a quien los asaltantes encañonaron y maniataron en el sótano de la sucursal. Cuando entró el director, los asaltantes pidieron al otro empleado que lo llamase y lo hiciese descender hasta donde ellos se encontraban. Tras atarle también, se apoderaron de los 2.500 euros en billetes de 500 que contenía la caja y del dinero del cajero automático.

Salta la alarma

Según la policía, la alarma se activó sobre las 7.45. Poco después llegaron al banco varios agentes y, tras acordonar la zona, rompieron las puertas de la sucursal con una maza. "Me pidieron que dejara la tienda abierta para que hubiera más luz por si los ladrones querían escapar", explica un empleado de la frutería contigua. Pero cuando la policía entró al banco, los atracadores ya habían huido con el botín, de nuevo por el alcantarillado y, presumiblemente, por la trampilla situada en la calle de atrás. Según fuentes policiales, en el robo podría estar implicado un tercer cómplice que desde la calle controló la llegada de la policía.

Los asaltantes tuvieron todo el fin de semana para preparar el golpe. Además, enfrente de las puertas de la sucursal, donde se halla la entrada al alcantarillado por la que presumiblemente accedieron al banco hay, desde hace una semana, unas vallas de una compañía de gas que podrían haber hecho pasar inadvertidos los movimientos de los ladrones.

Durante el atraco no hubo ningún herido, pero el interventor sufrió un ataque de ansiedad y tuvo que ser atendido por el Samur.

En un radio de 100 metros desde la sucursal del Banco Popular hay una joyería y una sucursal de la Caixa de Catalunya que también fueron asaltadas meses atrás.