El PSC culpa al ambiente político del bajón en intención de voto en el consistorio de Barcelona

Preocupados, pero no alarmados. La caída de seis puntos que ha sufrido en intención de voto el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) en la última encuesta del Ayuntamiento de Barcelona y la continua bajada de la consideración del alcalde, Joan Clos, preocupa a los dirigentes del partido socialista sin que, de momento, se hayan disparado las alarmas. Para el secretario de la Federación de Barcelona, Joan Ferran, la caída que ha sufrido el PSC puede tener causas ajenas al Ayuntamiento, como cierto "cansancio" por el ambiente político o la polémica del Estatuto.

Precisamente porque ahora el Estatuto se encuentra casi en su recta final, los socialistas confían en que todo se centre un poco más y que el votante del PSC "aprecie la labor del gobierno de la ciudad y las cosas que se han hecho y se hacen", en palabras de Ferran. El PSC pasó del 27,7% de intención d evoto en la encuesta municipal de octubre del año pasado al 21,6% en la consulta de diciembre. No es la primera vez que la intención de voto de los socialistas baja pero ahora se trata de una diferencia de seis puntos que coincide con una cuesta abajo que parece no parar de la puntuación del alcalde. Desde el PSC se quiere quitar hierro al asunto y se insiste en que uno de los problemas es que el Estatut ha podido focalizar todos los esfuerzos: "hay que saber comunicar más y mejor los proyectos de ciudad y en eso nos tenemos que implicar todos para recuperar la confianza", opina el primer secretario de la Federación de Barcelona, quien apunta que la última encuesta se realizó en pleno debate a propósito de la ordenanza municipal.

De todas formas, las aguas siguen sin bajar tranquilas en el tripartito municipal y ayer fue el segundo teniente de alcalde, Jordi Portabella (ERC), quien arremetió contra el primer secretario de la federación del PSC de Barcelona a propósito de las manifestaciones que hizo la semana pasada. Ferran advirtió a ERC, en su blog de Internet, que uno de los riesgos que podía correr Esquerra coqueteando con CiU era que el PSC podía cambiar de aliados y pactar con los nacionalistas para gobernar la ciudad. Las críticas hacia el alcalde y la validez futura del actual tripartito se formulaban en una ponencia que se tiene que debatir en el próximo congreso de ERC. Ayer fue Portabella quien replicó: "el único que ha planteado un gobierno con CIU ha sido el PSC, y no creo que su público objetivo esté de acuerdo con esas declaraciones".

No obstante, el edil republicano aseguraba ayer que es "diferente" la situación que se vive en el seno del equipo municipal tripartito "de lo que hacen los aparatos del partido, que se caracterizan por hacer declaraciones fuera de lugar, como es el caso de Joan Ferran, porque el equipo de gobierno tiene buena salud, y entre nosotros nos decimos lo que nos tenemos que decir, pero siempre en privado". La réplica de Ferran fue inmediata preguntándose qué "privacidad" se le puede suponer a un documento que se debatirá en un congreso de un partido político.