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Un militar de EE UU, culpable de la muerte de un general iraquí preso

Abed Mowhush falleció por asfixia mientras era interrogado por el suboficial en 2003

Yolanda Monge

Un militar del Ejército de Estados Unidos fue declarado ayer culpable de "homicidio por negligencia" por la muerte del general iraquí Abed Hamed Mowhush en 2003, mientras estaba detenido en una cárcel de Irak. El suboficial Lewis Welshofer, de 43 años, afronta una condena de hasta tres años de prisión. El militar iraquí fue forzado a meter la cabeza en un saco de dormir y falleció por asfixia mientras era interrogado.

El suboficial fue acusado de obligar al detenido a introducirse de cabeza en un saco de dormir, así como de sentarse en su pecho y de taparle la boca con una mano, mientras lo interrogaba en el año 2003. Los fiscales acusaron a Welshofer de utilizar "tortura" para obtener información del general iraquí. Los abogados defensores argumentaron que el suboficial creía que la información que obtendría del detenido "quebraría la espina dorsal de la insurgencia" en un momento en el que los soldados estadounidenses morían cada día. Pero el fiscal Tiernan Dolan mantuvo que Welshofer torturó al militar iraquí y le trató "peor que a un perro".

Tras una deliberación que se prolongó durante seis horas y media, hasta la madrugada de ayer domingo, el jurado -formado por seis militares en Fort Carson (Colorado)- del tribunal militar encontró al suboficial culpable de "homicidio por negligencia" pero no de asesinato o de homicidio intencionado, cargos mucho más graves, que le hubieran condenado a cadena perpetua. El jurado también declaró a Welshofer culpable de abandono negligente del deber, lo que le puede acarrear otros tres meses de prisión. El suboficial afronta una baja deshonrosa del Ejército.

La defensa argumentó que un problema cardiaco causó la muerte de Mowhush, y añadió que los comandantes de Welshofer habían aprobado la técnica de interrogatorio. "Lo hizo a sabiendas de los demás, y lo hizo porque creyó que la información salvaría vidas", afirmó el abogado Frank Spinner, quien se mostró decepcionado por el veredicto. Según Spinner, el veredicto refleja el contexto en el que tuvieron lugar los hechos. El jurado reconoció que existe confusión en torno a "las reglas de los interrogatorios". "Era un momento difícil en Irak, desde los cuarteles generales no se daban directrices claras, existía confusión sobre las reglas a seguir", dijo el abogado defensor.

Welshofer se mantuvo en silencio y no mostró ninguna reacción cuando el veredicto fue anunciado, según informa Associated Press. Durante el juicio, los fiscales describieron a un duro interrogador que comenzó a sentirse frustrado cuando Mowhush se negó a contestar a sus preguntas. Entonces fue cuando el suboficial comenzó a incrementar la presión sobre el detenido, golpeándole e incluso simulando que le ahogaba, hasta que murió. Welshofer usó la técnica del saco de dormir en presencia de soldados rasos, nunca ante oficiales con autoridad para haberle impedido actuar como lo hizo. "Nuestro enemigo entiende sólo con la fuerza, no con juegos psicológicos", escribió el militar estadounidense en un correo electrónico enviado a un comandante.

23 cadáveres

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En Irak, mientras tanto, ayer se vivió otra jornada sangrienta por los ataques de la insurgencia. Al menos una docena de personas murieron en el norte de Irak en diferentes ataques con bombas y granadas. Otras ocho murieron en un ataque perpetrado en Balad Ruz, unos 70 kilómetros al noroeste de Bagdad. Entre los fallecidos se encuentran cuatro niños hermanos de entre 6 y 11 años que murieron junto a su tío. Por otra parte, cuatro policías fallecieron y nueve resultaron heridos cuando estalló una bomba colocada en una carretera en Baquba. En Nibai, ayer se encontraron los cadáveres de 23 aspirantes a policías de los que nada se sabía desde el pasado día 16.

En medio de este azote de violencia, los chiíes religiosos y los kurdos, apremiados por la falta de mayoría absoluta, decidieron implicarse en un indeseado proceso de negociación para formar un Ejecutivo, que se prevé largo y complejo. Desde todos los grupos se ha invocado la fórmula "Gobierno de unidad nacional" como la panacea en la que se pueden diluir las amplias diferencias que separan a suníes de chiíes, laicos de religiosos e incluso chiíes de kurdos, pero apenas existen pistas de cómo se puede armar el rompecabezas.

Lewis Welshofer, tras salir de Fort Carson, en Colorado.
Lewis Welshofer, tras salir de Fort Carson, en Colorado.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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