Raimon, del TNC al Olympia
Raimon vuelve al Teatre Nacional de Catalunya (TNC). Como ya lo hizo hace más de tres años, en lo que fue el principio de la apertura del TNC al mundo de la canción, del 26 de enero al 5 de febrero Raimon actuará de nuevo en aquel local, en dos series de cuatro recitales en los que el cantante de Xàtiva realizará un auténtico tour de force, en un muy amplio, complejo y variado repaso de toda su obra. En estas dos series de cuatro recitales, Raimon pasará de la interpretación (en sus actuaciones del 26 de enero y 2 de febrero) de buena parte de las canciones de su exclusiva autoría personal (esto es con sus propios textos y sus propias músicas) a la interpretación (en sus recitales del 27 de enero y 3 de febrero) de los poemas de Salvador Espriu con música de Raimon. Proseguirá (el 28 de enero y 4 de febrero) con la interpretación de la música que compuso para poemas de Ausiàs March y otros grandes clásicos de la poesía catalana medieval -Joan Roís de Corella, Jordi de Sant Jordi, Valeri Fuster, Anselm Turmeda, Francí Guerau, Joan Timoneda, Joan Roig...- para terminar, en sus actuaciones de los domingos 29 de enero y 5 de febrero, con un repaso antológico de toda su producción artística.
Raimon sigue en la brecha y es capaz de plantearse retos tan ambiciosos como sus próximos ocho recitales
El reto que Raimon se ha impuesto en esta ocasión, con estas dos series de cuatro recitales en el TNC, no tiene parangón no sólo en nuestro contexto cultural, sino en todo el mundo. Por mucho que me he esforzado en encontrar algo comparable a lo que Raimon se ha propuesto llevar a cabo ahora con sus ocho recitales en el TNC, no he encontrado otro caso semejante. A sus recién cumplidos 65 años de edad y ya con más de 45 años de ininterrumpida actividad artística -su primer disco, aquel del mítico Al vent, La pedra, Som y A colps, apareció en 1963, pero sus primeras actuaciones públicas se celebraron ya en 1961 y su primera composición, el ya citado Al vent, lleva fecha de 1959, Raimon se ha convertido en un caso realmente único, sin comparación posible en el panorama mundial de la canción. Y lo es no sólo por lo que representa de ejemplar continuidad de una línea de composición e interpretación de gran calidad artística, sino sobre todo por la gran amplitud y complejidad estilística y temática de la obra raimoniana.
Una obra, la de Raimon, aparentemente escasa -apenas un par de centenares de canciones, incluyendo la música compuesta para textos de otros autores-, pero siempre de un rigor artístico excepcional, que sin duda alguna le ha convertido desde hace años en el mejor y más importante cantautor catalán de todos los tiempos. Antoni Batista, en su libro Raimon. La construcció d'un cant, ha analizado de forma muy minuciosa toda la obra de Raimon, siempre contextualizándola históricamente y al mismo tiempo intentando desmenuzar sus contenidos literarios y musicales. Con su libro, Antoni Batista ha sabido poner la obra de Raimon en el sitio que se merece, que sin duda es un lugar de honor. Una obra que abarca todo tipo de temáticas -desde unas primeras canciones más o menos existencialistas hasta sus composiciones más recientes, mucho más reflexivas y en algunos casos incluso intimistas, pasando por sus cantos más cívicos y sociales, sus siempre muy inspiradas canciones amorosas, sus apuntes irónicos y sus mucho más conocidas canciones de protesta, sin olvidar todas sus composiciones basadas en textos de otros autores, todos ellos poetas catalanes, ya sean medievales o contemporáneos- y que constituye un conjunto extraordinariamente amplio y muy variado pero al mismo tiempo de una gran coherencia.
En estos tiempos en que la cultura se banaliza a través del puro y simple consumo basado en modas efímeras, la figura de Raimon se eleva como un referente imprescindible del auténtico clasicismo,del creador que prescinde, supera y trasciende la moda para quedar como un clásico de permanente actualidad. Sólo así se puede comprender que Raimon, a pesar de la pertinaz persecución de que fue objeto durante el franquismo e incluso a pesar del no menos persistente olvido al que se le quiso condenar desde el poder ya desde los mismos inicios de nuestra actual democracia, siga firme en la brecha y sea capaz de plantearse retos tan ambiciosos como los de esta próxima serie de ocho recitales en el TNC. O que, como hará el próximo 13 de junio, sea capaz de reaparecer en el Olympia de París 40 años después de su primera actuación en el legendario local del Boulevard des Capucines, como tal vez nadie ha hecho hasta ahora. Y es que Raimon, en el TNC, en el Olympia o donde sea, realmente es un caso único.
Jordi García-Soler es periodista.
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