El padre de la niña atropellada en Sevilla se entrega a la policía
Ricardo Suárez, el supuesto autor del tiroteo que acabó con la vida de un conductor que había atropellado levemente a su hija de siete años en Sevilla, se entregó ayer a la policía en Ayamonte (Huelva) pasadas las 22.30. Suárez se encontraba en paradero desconocido desde el 8 de enero, cuando ocurrieron los hechos en la calle Isaac Peral, frente al albergue juvenil de Sevilla. Su entrega a la policía se produce después de que los investigadores españoles le localizasen en los alrededores de Oporto (Portugal), adonde había huido tras el suceso.
La víctima, Gaspar García, de 64 años, era un celador del hospital Virgen del Rocío de Sevilla que el pasado 8 de enero se dirigía a su trabajo y, en una recta, se le cruzó una niña a la que golpeó levemente con el morro del lado derecho de su coche. Sin tiempo a que saliese del vehículo, el conductor recibió siete balas, cinco en la cabeza, de una pistola del calibre 6,35. Cinco testigos, entre ellos la esposa de Ricardo Suárez, han declarado que fue él quien efectuó todos los disparos.
María Luisa Cortés, la madre de la niña atropellada, ingresó en prisión como supuesta partícipe en el crimen. Cuatro testigos protegidos, según fuentes judiciales, manifestaron ante el grupo de homicidios que ella impidió a la víctima bajarse del vehículo mientras su marido cogía la pistola para disparar. Un extremo que la mujer negó en sus declaraciones. María Luisa Cortés manifestó ante la policía y ante el Juzgado de Instrucción número 18 de Sevilla que se limitó a auxiliar a su hija mientras sostenía en brazos a otro hijo de tres años.
Enfrentamiento
Tras el crimen, la policía detuvo también a Ángel Montoya, tío de la pequeña atropellada. La juez que instruye el caso lo dejó en libertad con la obligación de comparecer en sede judicial los días 9 y 23 de cada mes. Ángel Montoya, que cuenta con antecedentes por robos, fue detenido en el barrio sevillano de Los Bermejales en el momento que se disponía a usar la furgoneta en la que había huido su cuñado Ricardo Suárez del lugar del crimen.
Suárez estuvo 11 días alojado en el albergue de la Junta junto a otros 24 miembros de su familia. Ésta había pedido ayuda a la Unión Romaní y al Ayuntamiento de Sevilla para salir del asentamiento chabolista de El Vacie después del tiroteo que ocurrió en el poblado el 27 de diciembre. Argumentaron que otro clan gitano les había amenazado de muerte porque los consideraba "chivatos" de la policía.
En aquel tiroteo, en el que resultaron heridas cinco personas, se enfrentaron supuestamente con la familia Soares dos Anjo. Desde entonces, la policía ha detenido a ocho individuos por estos hechos, cuatro de ellos tenían pendiente una euroorden de detención y fueron trasladados a Portugal. El origen de este enfrentamiento se remonta a un asesinato ocurrido hace 24 años en el país vecino.
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