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Una máquina derriba los edificios de Santa Coloma afectados por la explosión

Jesús García Bueno

Se acabó el trabajo manual. Una gran máquina con brazo articulado sustituyó ayer por la tarde al pico y la pala, que hasta ahora se habían empleado para derribar los cuatro edificios afectados por la explosión de gas en Santa Coloma de Gramenet. Con un brazo de más de 20 metros de longitud, el vehículo empezó a devorar el edificio número 66 de la Rambla del Fondo -el más afectado por la explosión- y también se comió la parte más alta del bloque número 68, que comparte pared de carga con el número 66.

Antes de que la implacable máquina empezase su trabajo, los Bomberos de la Generalitat aprovecharon la mañana para retirar los últimos enseres que se podrán salvar de los edificios siniestrados. Una vez concluidos los trabajos de demolición -que se alargarán al menos durante 10 días más- las 15 familias que se han quedado sin casa podrán acudir a un espacio habilitado por el Ayuntamiento de Santa Coloma para buscar sus pertenencias. Ayudados por una escalera mecánica, los bomberos se centraron en retirar los objetos personales del número 64, el menos dañado por la explosión de gas que hace nueve días mató a dos personas en esta localidad del Barcelonès.

Mientras en las alturas los operarios se centraban en los trabajos de demolición, a pie de calle las familias afectadas trataban de resolver sus problemas. Los miembros de la plataforma de afectados de la Rambla del Fondo mantuvieron por la tarde una nueva reunión en el centro cívico de la calle de Wagner, cerca del lugar de la explosión. Su presidente, Ángel Moratilla, vecino del número 64, explicó que, después de consultar a diversos bufetes de abogados, los afectados decidirán finalmente el lunes quién les representa ante los tribunales. Moratilla expresó la voluntad de que los vecinos y comerciantes de la zona que también se consideren damnificados se sumen a la plataforma. "Uno de los trabajadores de TMB heridos nos ha dicho que quiere unirse a nosotros", explicó. Moratilla relató que el jueves por la noche recibió una llamada de un responsable de Gas Natural. "Fue una conversación informal, muy corta, y no llegamos a concretar nada".

Por otra parte, ayer salió del hospital de Vall d'Hebron una de las vecinas que resultaron heridas por la explosión de gas. Permanecen ingresadas aún en el centro hospitalario cuatro personas. Tres de ellas siguen en estado muy grave, aunque se encuentran estables.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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