El tren de las maravillas
Esta historia para niños escrita por Elsa Morante a la edad de 13 años comienza como las grandes historias de todos los tiempos: "¿Quién quiere venir? Me han dicho / que cuando es de noche sale / el tren de las maravillas". Es un comienzo al estilo de aquel otro que cuenta la historia inmortal del destino de los amores de Tristán e Isolda: "Señores: ¿les gustaría oír una bella historia de amor y de muerte?". No sé si Elsa Morante (1912- 1985), una de las grandes escritoras de la literatura italiana contemporánea, retocó para su publicación este relato treceañero que hoy tenemos entre las manos, pues en él se advierten algunas astucias narrativas impropias de tan temprana edad, pero no cabe duda de que el grueso del relato es el que escribió entonces y los dibujos encantadores que lo acompañan también son los mismos.
LAS EXTRAORDINARIAS AVENTURAS DE CATERINA
Elsa Morante
Traducción de Salustiano Masó
Gadir. Madrid, 2005
144 páginas. 17 euros
Y es, en verdad, un viaje en el tren de las maravillas. La estructura posee la lógica de la aventura infantil, que va saltando de un asunto a otro con el mayor desparpajo, que no encuentra otro orden de desarrollo que la necesidad de la fantasía. Las escenas se suceden según la apetencia inmediata de la niña que narra, lo que le permite enhebrar escenas sin más justificación que la del asombro y el interés por los momentos y contenidos que van apareciendo a medida que se enredan como en un pasabola, sin necesidad de una secuencia lógica o, mejor dicho, bajo la lógica infantil atenta a todo aquello que se mueve al impulso de su curiosidad.
El cuento -y los otros tres que lo acompañan, muy breves- discurre con una frescura inocente, pero extremadamente inteligente, en la que realidad y fantasía se mezclan con una deliciosa naturalidad y una notable intuición literaria. Es notable la visión de las actitudes que se van dando por medio de los diversos personajes: la princesa caprichosa, el comerciante rechazado sin el menor asomo de compasión, la tímida y aplicada doncellita, la jactanciosa Señora del Pinar... Todos ellos, representando un papel dentro de la rueda de la vida, responden a una moral bien distinta de la del orden adulto, una moral que se mueve entre el deseo y la magia. En fin, la búsqueda de la muñeca Bellísima por parte de Caterina y su amigo y protector Tit es una sucesión de aventuras divertidamente embarulladas con una solución -el sorprendente encuentro de la muñeca- propia de un verdadero talento narrativo, lo que no es de extrañar en esta niña preadolescente que con el tiempo se convertiría en la espléndida autora de La isla de Arturo, Aracoeli y La historia.
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