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El Parlamento Europeo aprueba un plan para salvar la Constitución

Andreu Missé

La Eurocámara aprobó ayer un plan para salvar la Constitución Europea, cuyo proceso de ratificación sufrió un serio revés tras los noes de Francia y Holanda de mediados de 2005. El texto, hasta el momento, ha sido aprobado por 13 Estados miembros, entre ellos España, que fue el primero que lo hizo por referéndum el pasado febrero.

La resolución aprobada ayer por el Parlamento, por 385 votos a favor, 125 en contra y 51 abstenciones, considera que un resultado positivo del periodo de reflexión sería que "puede mantenerse el texto actual, aunque ello solamente sería posible si el proceso se acompaña de importantes medidas para inspirar confianza y persuadir a la opinión pública".

Los ponentes del informe, Andrew Duff, liberal y británico, y Johannes Voggenhuber, austriaco del grupo de los Verdes, manifestaron ayer su propósito de abrir un amplio debate, en colaboración con los parlamentos nacionales, para convencer a los ciudadanos.

Los ponentes habían introducido varias enmiendas que perseguían la mejora del texto constitucional, pero que no prosperaron. Duff insistió ayer, sin embargo, en que el texto actual no tiene muchas posibilidades de prosperar y que habría que modificarlo. Johannes Voggenhuber indicó que la Constitución no estaba "muerta", en respuesta a las manifestaciones del presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso. En su opinión había que "huir de maniqueísmos", en referencia tanto a los que apuestan por enterrarla, como a los que abogan por mantenerla sin ninguna modificación. Consideró que mediante algunos protocolos y anexos se podrían encontrar soluciones a los problemas que han planteado franceses y holandeses.

Respecto a la propuesta alemana de añadir una cláusula social para satisfacer las demandas de los ciudadanos, Duff consideró que se trataba de una solución "simplista". "Creo", matizó, "que la inquietud francesa es mucho más profunda". Una solución de este tipo, añadió, podría ser incluso contraproducente en otros países al margen del eje franco-alemán, por lo que recomendó con ironía que "no se tradujera al inglés".

El diputado socialista español Carlos Carnero, ponente en la sombra de la resolución, manifestó su satisfacción porque la decisión del Parlamento coincide con la posición defendida por los socialistas españoles. El periodo de reflexión con participación de los distintos parlamentos nacionales y los foros ciudadanos debería culminar a finales del primer semestre de 2007, coincidiendo con la presidencia alemana, para que la Constitución entrara en vigor en 2009.

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