La feria de moda Bread & Butter y Fira proyectan una pasarela internacional en Barcelona

Han llegado para quedarse. Y lo repiten hasta la saciedad. La feria de moda urbana más importante de Europa Bread & Butter anunció ayer la firma de un contrato indefinido con la Fira de Barcelona para seguir celebrando dos ediciones anuales. La organización alemana también se ha aliado con Fira para proyectar una pasarela internacional, pero con ayuda pública. La Generalitat estudiará el proyecto, pero no aceptará las condiciones que requieren "el primer año un 100% de dinero público", afirmó Alfons García, secretario del Departamento de Comercio.

Los hilos de la moda siguen moviéndose a toda velocidad en Barcelona. Primero fue un estudio que concluía que el modelo clásico de pasarela ya no era rentable. Inmediatamente después la Generalitat anunció un proyecto para potenciar a los jóvenes y llevar al extranjero a los diseñadores consagrados. Y de paso desmanteló la tradicional Pasarela Gaudí, sustentada en parte por subvención pública.

Los diseñadores de la Asociación Gaudí se prometieron a sí mismos un nuevo escaparate. Así nació la Pasarela Barcelona, que finalizó ayer y que tiene su futuro condicionado a la autogestión y a la búsqueda de patrocinadores. Mientras tanto, la feria alemana Bread & Butter, que arrasa en Europa -también celebra dos ediciones anuales en Berlín-, finaliza hoy su segunda edición en Barcelona.

Unas 18.000 personas se pasearon el miércoles durante la primera jornada del salón, que cierra hoy sus puertas. "Alcanzaremos los 45.000 visitantes de la edición anterior", señaló Karl-Heinz Müller, presidente de Bread & Butter, cifra que confía en superar. Además, señaló que el 63,5% de los visitantes son internacionales. La muestra acoge 780 expositores, unos 50 más que en la anterior edición, y las empresas españolas han pasado de 99 a 134.

El objetivo futuro es que Bread & Butter pase de tres a cinco días, de miércoles a domingo. Primero se celebraría el salón y durante el fin de semana un escaparate internacional, algo más que una pasarela. "No queremos copiar nada de lo que ya existe en el mundo. Buscamos nuestro camino. Además, el espacio de la Fira es óptimo", subrayó Müller.

El director general de Fira de Barcelona, Agustín Cordón, añadió que la pasarela "es un proyecto no cerrado que va a por todas" y se centra en tres ejes: los diseñadores internacionales, los locales y también los emergentes. Ambos coincidieron que un proyecto de esta envergadura necesitará el impulso inicial de todas las partes: Generalitat, el sector, Bread & Butter y la Fira.

Distribuir recursos

"Barcelona no puede jugar a medias tintas", afirmó Cordón. Y añadió que los recursos requeridos "siempre estarán por debajo de lo que históricamente se ha otorgado a eventos de este tipo". El nuevo proyecto, que rozaría los siete millones de euros, está condicionado a la subvención pública. Cordón añadió que la Generalitat deberá decidir cómo distribuye los recursos. La Pasarela Gaudí y las novias recibía anualmente 7,2 millones de euros de subvención.

La Generalitat afirmó ayer conocer el proyecto, pero se mostró en claro desacuerdo por su elevado coste económico. García explicó que su departamento solicitó a Bread & Butter un proyecto para dar salida a las marcas consolidadas. Pero la propuesta de los alemanes y Fira ha ido más allá, incluyendo el aspecto internacional y los creadores emergentes. "Es un proyeto ambicioso, económicamente muy fuerte, pero nos sorprendió el hecho de que no había presencia de dinero privado", afirmó García.

Pese a este proyecto, la Generalitat tiene previsto tirar adelante el concurso para seleccionar la empresa que gestionará el proyecto de los emergentes. García aseguró que las negociaciones siguen abiertas.