La mujer del César

"El Ayuntamiento no ha hecho dejación de funciones ni ha habido pasividad en ningún momento. Ha actuado como corresponde a cualquier obra y como correspondía a la actuación que los ciudadanos exigen de su Ayuntamiento". El alcalde de Castellón, Alberto Fabra, defendió ayer la actuación del consistorio en el conflicto provocado por unas obras que dirige su esposa, la arquitecto Cristina Fortanet, que, según los vecinos, han causado grietas y daños de consideración en el inmueble que habitan. "Creo que no se deben poner vetos a ningún cónyuge, siempre que se cumplan los requisitos legales", añadió. Sin embargo, la opinión de la oposición socialista es bien distinta ya que, según el portavoz del grupo municipal, Miguel Alcalde, "no se puede ser ecuánime a la hora de gobernar cuando los intereses privados y públicos se mezclan de esta manera". La vicesecretaria general del PSPV, Isabel Escudero, añadió que "convendría recordar el dicho popular de que la mujer del César no sólo debe ser honesta, sino parecerlo".

El Ayuntamiento de Castellón no atendió la solicitud de los vecinos de paralizar la obra que, sin embargo, sí fue atendida, de forma cautelar y temporal, por un juzgado. El tribunal, el número 3 de instrucción de Castellón, acogerá hoy el juicio por la petición de suspensión de los trabajos, después de que éstos se hayan reanudado tras el depósito de una fianza equivalente a la reparación total de los daños. El concejal de Urbanismo, Javier Moliner, sostuvo ayer que la paralización no se atendió porque "no existía ninguna situación de riesgo estructural para el edificio".

Tanto Fabra como Moliner se afanaron ayer en demostrar el seguimiento que ha realizado el Ayuntamiento sobre la evolución del expediente iniciado a raíz de las quejas de los vecinos, debido al desplazamiento de tabiques y la aparición de grietas. "Hemos realizado más de 10 informes municipales y existen más de 130 firmas del concejal de Urbanismo sobre escritos y comunicaciones a los vecinos", señaló ayer el propio Moliner quien, sin embargo, omitió que, junto a todas sus firmas, el expediente incluye también una plasmada por el alcalde, que participó directamente en la tramitación de un asunto que atañía directamente a su esposa. En el escrito que suscribe Alberto Fabra se notifica que, tras una inspección realizada por los técnicos municipales, se ha evidenciado "un continuo movimiento" del edificio colindante a las obras por lo que exige "a la dirección facultativa de la obra", es decir a su esposa, "adoptar cuantas medidas considere oportunas con el fin de evitar nuevos movimientos (...) evitando cualquier deterioro en edificios vecinos y garantizar la seguridad de los operarios que trabajan en la obra".

Para el portavoz socialista la actuación del equipo de gobierno ha sido "escandalosa" ya que, "no sólo no paralizó las obras sino que obligó a los propietarios, que se estaban viendo perjudicados, a vallar el edificio y apuntalarlo a su cargo". Además, Miguel Alcalde, indicó: "No estamos ante un hecho aislado ya que Alberto Fabra ya se ha visto implicado en varios escándalos urbanísticos como la recalificación de unos terrenos de su familia que pasaron de uso industrial a residencial, el hecho de que compatibilizara su trabajo como tasador con su cargo de concejal de Urbanismo durante años o que incluso llegara a crear una empresa de gestión urbanística". Escudero añadió que Castellón "no puede permitirse otro Fabra más en la alcaldía".

El alcalde dijo ayer: "Mi mujer es arquitecto y estudió en la facultad para ello, y creo que como cualquier persona, tiene derecho a ejercer su profesión".