Calma obligada

Los mercados de valores europeos vivieron ayer una sesión de trámite al no contar con referencia alguna procedente de Estados Unidos, en donde los mercados financieros cerraron por ser jornada festiva. La ausencia de noticias importantes marcó la trayectoria de esta jornada, en la que los inversores españoles tuvieron que conformarse con algún avance sobre resultados empresariales.

La dinámica de los mercados de valores en estas primeras jornadas del año ha puesto de manifiesto la estrategia de la mayoría de los inversores, con rápidos movimientos que dificultan la creación de una tendencia definida, por más que los analistas insistan en que las perspectivas son buenas a medio plazo.

El Ibex 35 recuperó la orientación alcista en esta sesión con un avance del 0,44% que le sitúa otra vez al borde de los 10.900 puntos. El índice de las empresas medianas ganó el 0,11% y el de las pequeñas el 1,17%.

Estos avances mantuvieron el tono del conjunto de los mercados europeos, entre los que destacaba el 0,58% que subió Francfort. París ganó el 0,11%, y la Bolsa de Londres, el 0,51%. El avance del mercado español estuvo capitaneado por Endesa, cuyas acciones subieron el 2,39% ante la inminente presentación de unos resultados anuales que los departamentos de análisis califican de históricos. Los inversores buscaron los títulos de la eléctrica a la espera de que el Consejo de administración anuncie, junto con los resultados de 2005, el pago del polémico dividendo extraordinario.

La contratación en el Mercado Continuo descendió hasta los 3.618,38 millones de euros ante el descenso de la actividad institucional, que sólo aportó 1.465 millones de euros. Del resto, entre seis valores acapararon casi el 65% del total, mostrando así que los inversores más importantes buscan valores con una liquidez muy alta, aunque por el momento sean los valores pequeños los que ofrecen mayor rentabilidad, pues el Ibex Small Caps acumula una subida del 7,22% en sólo 10 sesiones.

La relativa estabilidad del precio del petróleo, debido a la ausencia de negociación en Nueva York, contribuyó a mantener la tranquilidad en los mercados de valores.