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Reportaje:

De la fábrica al geriátrico

El Ayuntamiento de Elche forma a mujeres paradas del sector del calzado para cuidar ancianos y enfermos

Montserrat Andreu, ilicitana de 41 años, casada y con dos hijos, de 17 y 13, dejó hace cuatro años su trabajo como aparadora en el calzado, cansada de carecer de contrato y de derechos laborales. Mañana inicia una nueva etapa: va a formarse para dedicarse al cuidado y atención de personas mayores, discapacitados y enfermos. Está muy ilusionada.

Precisamente la motivación ha sido uno de los criterios que han puntuado para seleccionar a las personas que van a hacer este curso, promovido por el Ayuntamiento de Elche para dar una segunda oportunidad laboral a mujeres paradas del sector del calzado. Monserrat ha trabajado en el calzado desde los 14 años; aparadora, envasadora y en todos los puestos que la producción de zapatos ofrece a la mujer.

"Siempre me había rondado la idea de dejar este trabajo pero lo veía muy difícil y no había otra cosa que me llamara la atención", asegura Montserrat. Esta mujer, de conversación alegre y dicharachera, no ve un futuro claro en el sector calzado: "Tengo vecinas y amigas trabajando de aparadoras que haciendo las mismas horas o más que hacía yo antes, siguen cobrando lo mismo o menos".

Ha depositado muchas expectativas en el nuevo horizonte que tiene delante, aunque no sabe si será complicado o no encontrar trabajo con su nueva cualificación. "Están abriendo muchos geriátricos, supongo que será un trabajo con salidas", comenta. "Y si no, pues me tocará volver al calzado; en cualquier caso, voy a aprovechar esta oportunidad", afirma.

Un total de 30 mujeres, desempleadas de larga duración procedentes todas ellas del sector calzado, comienzan esta semana en Elche un curso de once meses de duración, donde se les va a formar para que puedan trabajar en la atención a personas con dependencia. Recibirán capacitación para poder cuidar a ancianos dependientes que necesitan ayuda para realizar tareas básicas de la casa o de su cuidado personal, a enfermos de Alzheimer o con demencia senil y también podrán atender a personas con discapacidad física o psíquica.

Durante el curso, cinco horas al día, de lunes a viernes, recibirán un salario de unos 352 euros. El curso está financiado por el ayuntamiento de Elche y por el Fondo Social Europeo. El concejal de Fomento, Alejandro Soler, explicó ayer que se trata de ofrecer nuevas posibilidades, nuevas oportunidades a un grupo de población, el de las mujeres, que "han sufrido especialmente la crisis del calzado".

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La mayoría de estas mujeres cuenta con estudios básicos y su única experiencia laboral ha sido en el calzado. Durante casi un año van a aprender un nuevo oficio. Verónica Bonete es fisioterapeuta y será una de las profesoras. Les van a enseñar cuestiones tan prácticas como pasar a una persona de la silla a la cama o mover a un discapacitado físico para evitar que estén mucho tiempo en la misma postura.

Durante los últimos años, el calzado, motor de la economía ilicitana, ha ido perdiendo puestos de trabajo, debido al cambio estructural en toda la industria manufacturera.

Las fábricas han ido cerrando o disminuyendo sus puestos de trabajo y muchos empresarios han trasladado la producción a otros países con mano de obra barata. El sector ha perdido al 50% de sus trabajadores en los últimos seis años en favor de sectores como la construcción y, sobre todo, servicios.

Según el Ayuntamiento, las mujeres y los mayores de 45 años procedentes del sector calzado son los grupos mayoritarios de parados ilicitanos y son por tanto objetivo prioritario para el Consistorio.

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