Un valenciano participa en la reconstrucción del clima europeo
El proyecto pretende cubrir los últimos 1.000 años en el continente
Carlos Muedra tiene algo de freaky y mucho de ratón de biblioteca. La primera etiqueta responde a que a sus 28 años este geógrafo valenciano está volcado en un tema tan particular como el clima, una opción que algunos tildarían de rara e inusual. Por ella, y de ahí le viene el segundo calificativo, ha llegado a pasar centenares de horas en la biblioteca histórica de la Universitat de València para recopilar datos diarios de precipitaciones en la provincia de Valencia desde 1790 hasta la actualidad, a través de diarios microfilmados y fuentes documentales. Todo, con el objetivo de realizar su tesis doctoral que persigue reconstruir las series climáticas de Valencia y analizar las inundaciones acaecidas y otros fenómenos meteorológicos extremos desde el siglo XIV hasta hoy.
Una recuperación histórica del pasado para prevenir riesgos en el presente. Tras leer la tesina, la Unión Europea decidió financiar su labor en el marco del programa Millennium que pretende reconstruir el clima Europeo 1000 años atrás.
Según Muedra su aportación es "una gota más" a este proyecto en el que participan 40 grupos de investigación, de 16 países europeos. España está representada por la Universidad de Barcelona, a través de tres departamentos entre ellos el de Geografía Física, donde está adscrito Muedra, además de pertenecer al de la Universitat de València. Su director de tesis es Mariano Barriendos.
Con un presupuesto para los próximos cuatro años de 13 millones de euros, el objetivo del proyecto europeo es afrontar la reconstrucción climática de forma sistémica y plural: dendroclimatología (la disciplina que extrae la información climática de los anillos de los árboles), documentos históricos, información instrumental y limnología (a través de los sedimentos lacustres), entre otros.
Muedra explica que la elección de analizar un milenio no es arbitraria: "Es una forma de tener a mano el comportamiento climático más completo posible del momento actual; del episodio de la miniglaciación, acaecido en la primera mitad del siglo XIX y caracterizado por grandes sequías e inundaciones, por el descenso en latitud de la temperatura terrestre y en el que se pudieron ver hasta icebergs en la costa valenciana; del episodio cálido medieval completo...".
Todo esto servirá para gestionar cambios ambientales futuros y planificar por ejemplo infraestructuras, redes de suministro, fuentes de energía y nuevos lugares de emplazamiento de población.
A través de las seis inundaciones acaecidas en Valencia en el siglo XIX que analiza en su tesina determina que las lluvias torrenciales en la cuenca Mediterránea se producen cuando coincide un centro de bajas de presiones entre el Golfo de Gibraltar y el sur de Murcia, vientos del sudeste-este, un anticiclón de bloqueo situado en Centroeuropa y un embolsamiento de aire frío a 5.000 metros de altura. Aquellas precipitaciones fueron mucho más violentas que las que produjeron la famosa riada del Turia de 1957 y según el climatólogo se podrían volver a repetir.
La singladura para llegar a ser climatólogo y meteorólogo -el primero estudia el clima en la superficie terrestre y el segundo la relación de las capas de la atmósfera- es tan vocacional como indefinida. "Conozco a físicos y a geógrafos que se especializan porque ninguna carrera española dota de los contenidos pertinentes. En Alemania y en Francia existe la titulación de Ciencias de la Atmósfera".
En su caso, tras licenciarse en Geografía por la Universitat de València, cursó un máster en Climatología Aplicada en Barcelona y se matriculó en el doctorado de Gestión Ambiental. Aspira a "trabajar aquí", aunque es difícil porque "se invierte poco en investigación". Dice que el asesoramiento de un climatólogo es fundamental para no construir indiscriminadamente y evitar catástrofes como la de Tous.
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