"Lo mío sobre la niña queda derogado"

La infanta Leonor es, como dijo su abuela doña Sofía, un bebé redondito y de ojos azules. En lo que se equivocó la Reina fue a la hora de definir su carácter. Si el día que acudió a la clínica Rúber Internacional a conocer a la primogénita de los príncipes de Asturias añadió "y llorona", ayer doña Sofía quiso rectificar. "Todo lo dicho de la niña queda derogado", proclamó. "Como se ve, es muy tranquila, es buenísima. Come y duerme".

Los príncipes de Asturias sonrieron al escuchar la declaración de la feliz abuela a los periodistas invitados al bautizo de la infanta Leonor. La escena se producía momentos antes de que en el vestíbulo del palacio de la Zarzuela comenzara la ceremonia oficiada por el arzobispo Antonio María Rouco Varela.

La jornada festiva se inició con una sesión fotográfica, en la que las familias Borbón y Ortiz posaron con la protagonista del día.

Doña Letizia llevaba en brazos a Leonor y junto a ella, pendiente en todo momento de los gestos de la pequeña, don Felipe. A su lado, los Reyes de España y padrinos de la ceremonia; y los padres de la princesa de Asturias, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano. La escena familiar la completaban los duques de Lugo y de Palma de Mallorca, las hermanas de la princesa -Erika, con su esposo Antonio Vigo, y Telma- y los abuelos de doña Letizia -Menchu del Valle y Francisco Rocasolano, con su esposa Enriqueta Rodríguez-.

Era la primera vez que todos aparecían juntos. A la cita faltaron los más pequeños de la familia, los hijos de las infantas y la sobrina de doña Letizia, que aguardaban en una sala contigua.

Cuando en el salón de recepciones sólo quedaban los Reyes y los Príncipes con su hija, el protocolo se relajó. Todos se acercaron a los periodistas para mostrar a la pequeña y recibir felicitaciones.

"¿Habéis visto lo buena que es?", comentó la Reina. Leonor permaneció dormida en el regazo de su madre durante toda la sesión gráfica, a pesar del ruido que había en el salón.

"La que está haciendo pesas es ella", advirtió don Felipe en referencia a su esposa. Doña Letizia estrechaba manos y mostraba a la pequeña, que ya pesa casi seis kilos. La Princesa, vestida con un abrigo de tweed, ha recuperado su imagen más espigada.

Don Juan Carlos recibía felicitaciones por su doble condición de abuelo y padrino, pero dejó a los padres que respondieran a las preguntas sobre la crianza de la pequeña.

- "¿Va a haber sorpresa?", se le preguntó a don Felipe en referencia a si al nombre de Leonor se le iba a añadir algún otro en la pila bautismal.

- "La habrá, claro, pero de momento no". Cuando el Príncipe se dio cuenta de que no se le estaba preguntando por si iban a tener en seguida más hijos, aclaró: "¡Ah! ¡Me preguntabais sobre el nombre! Sí, se llamará Leonor de Todos los Santos". Don Felipe aseguró que está "feliz" con su hija y lo dijo con ese tono que ponen los padres a los que se les cae la baba con sus niños.

Ayer, además, el Príncipe demostró que ha cogido maña de padre en estos casi tres meses. En todo momento, don Felipe estuvo pendiente de la pequeña, e igual le colocaba el faldón como le acariciaba el moflete para que permaneciese tranquila.