El difícil momento del PP
El Partido Popular atraviesa un momento político especialmente difícil: está fuera del debate del estatuto de autonomía de Cataluña, que arrasa completamente en el escenario mediático; el caso del teniente general Mena, y la reacción de sus propios dirigentes, le ha identificado una vez más con una derechización radical, y no consigue transmitir a los ciudadanos en general, ni a sus propios electores en particular, la sensación de alarma que le gustaría asociar a la política territorial que desarrollan los socialistas.
La mayoría de los dirigentes populares ansía que pasen estas semanas y que se abran los debates en la Comisión Constitucional: exista ya, o no, un acuerdo global entre el Gobierno y el cuatripartito, el PP podrá al menos recuperar algo de protagonismo con la defensa pública de sus propias enmiendas. "Si el Gobierno y el PSOE no han sido capaces de cerrar para entonces el modelo de financiación podremos incluso entrar a discutir algo concreto", asegura un responsable del PP, que se queja de la confusión que rodea el debate estatutario. "En este momento no tenemos forma de saber la posición del Gobierno", explica. Y añade con ironía: "Si escuchamos a unos, tendremos que estar rotundamente en contra del Estatuto; pero si oímos a otros, deberíamos estar a favor de la firmeza del Gobierno en rechazar todas las propuestas del tripartito".
Los populares no consiguen transmitir a los ciudadanos en general ni a sus votantes en particular la sensación de alarma que les gustaría asociar al debate del Estatut
Los dirigentes del PP creen que los socialistas disponen de todo el mes de enero para llegar a un acuerdo sobre el modelo de financiación. "Lo ideal para nosotros sería que no existiera ese acuerdo y participar en un debate abierto", mantiene un diputado relacionado con los temas catalanes. Sin embargo, considera que ese escenario es "prácticamente imposible". Si no existe acuerdo, lo más lógico, estima, sería que se retirara el proyecto enviado por el Parlamento catalán.
La principal preocupación del PP es cómo reingresar en el debate político. Sus analistas consideran que sin participar en la negociación catalana, y sin estar presentes en la cobertura que hacen los medios de comunicación de ese tema, el PP se queda "fuera de juego". "Como nadie conoce los acuerdos concretos entre el Gobierno y el cuatripartito, resulta imposible responder y ocupar espacio", reconoce un dirigente de ámbito nacional. "No disparamos contra nada en concreto porque no hay nada concreto. Damos respuestas difusas a cuestiones difusas, y eso es mala cosa para nosotros", analiza. Desde su punto de vista, la polémica sobre la intervención del general Mena "no nos ha aportado nada". "Ésa ha sido una mala manera de entrar en la discusión", admite otro veterano diputado popular, "porque transmite una imagen rancia del partido, que no nos interesa".
Los populares aseguran que el PSOE y el Gobierno "están dando una gran sensación de confusión", pero admiten que no se está registrando la alarma social que algunos de sus expertos habían anunciado. "La verdad es que los mensajes de Zapatero, de Rodríguez Ibarra y de otros están tranquilizando a ese sector que podía alarmarse, porque están encontrando asideros, referencias que les tranquilizan". La última esperanza de los populares es que, una vez que se conozcan los acuerdos concretos, sea posible reiniciar la batalla. "Si el Estatut se aprueba en el Parlamento español sin el acuerdo del PP, los socialistas estarán frente a un hecho real: se habrá aprobado un texto que forma parte del bloque constitucional con el solo apoyo de una pequeña mayoría, y eso es un argumento importante para nosotros", afirma un miembro de la dirección del PP. De momento, reconoce, los populares se esfuerzan por introducir otros temas en el calendario político, aunque, admite, con bastante poco éxito.
Mensajes contradictorios
Los socialistas, por su parte, reconocen que sus mensajes y declaraciones políticas en las últimas semanas han sido "contradictorios" y que pueden haber creado algo de confusión, pero aseguran que es lo lógico cuando se está llevando a cabo una negociación tan compleja como la del Estatut. ¿Es imprescindible llegar a la apertura de la Comisión Constitucional con todo pactado ya? "Desde luego no podemos llegar a la comisión sin un acuerdo muy extenso y profundo. Otra cosa es que existan todavía algunos aspectos por cerrar y que se pueda prolongar la negociación durante los debates", explica un responsable del PSOE. Desde el punto de vista de la militancia del PSOE, ¿cuáles serán las principales conclusiones de todo este proceso? "La primera, que no hay que tener miedo a los cambios, y la segunda, que el PSC tiene dos almas, una de ellas nacionalista", sentencia un diputado con varias legislaturas de experiencia.
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