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Reportaje:RUTAS URBANAS

Palma en el bolsillo

Restaurantes, museos, tiendas y bares en la capital de Mallorca

Esta ciudad que abraza el mar y la luz es para dejarse llevar. Palma invita a expedición de bolsillo, sin rumbo, para la contemplación de los enclaves que son obvios por su fama y belleza, para penetrar en sus espacios monumentales y además disfrutar de los distintos ámbitos vitales de ocio que se definen sin reloj.

Palma es una expresión de la retórica histórica del Mediterráneo. Amurallada y alambicada, se definió comercial y se entregó al turismo cosmopolita, con sus contradicciones. Con muchas iglesias y barrios viejos hechos sin tiralíneas, dominan los destellos de su centro y de las discotecas de la larga frontera del paseo marítimo y de los bares que cierran con el alba.

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Los hallazgos de los visitantes fracturan el uniforme vacío de la postal y los usos turísticos masivos. Hay toques y placeres que complementan el esplendor de la arremolinada ciudad-puerto, bañada de azul y con olor a sal, con bocanadas de horno de ensaimada y café torrefacto.

El ombligo urbano, el termómetro de la vida civil y punto de encuentro de muchas rutas posibles, se sitúa en la plaza del Rey Juan Carlos I o de las Tortugas, con su obelisco. Allí desembocan las galerías de moda de la avenida de Jaime III, con sus factorías de firmas, y al tiempo es el dique del Borne, gran bulevar, y de las callejuelas y travesías de la medina vieja. En este foro, en una esquina de la plaza están la terraza y la barra clásica del Bar Bosch, con sus bocatas langostas y helados de almendra. En la parte de atrás, en la calle de Paraires, atrae el Horno Santo Cristo, con ensaimadas y pastas saladas. Cerca, ante el lateral de la iglesia de Sant Nicolau, en Orfila, está Can Frasquet, con sus pasteles y tartas refinadas, y cerca queda la coctelería Gibson. Al otro costado de la iglesia está la bombonería C'As Net, y en Sant Nicolau queda la clásica La Pajarita, con sus sobrasadas y quesos salados insulares. Enfrente aparece la moda de zapatos Mascaró. A dos pasos, en una calle-escalera, queda Pasatiempos, la clásica modernidad indumentaria joven. En paralelo, en Brossa, en Biscuter, hay ropa de segunda mano y vintage. Las sandalias y camisetas menorquinas, en la tienda Menorca, en la inmediata calle de Jaume II. Casi al lado -ésta es la gran arteria-mostrador peatonal- quedan los cristales soplados de eco veneciano de Lafiore, y también cerca, los clásicos de Gordiola.

Existen muchas Palma por descubrir, bajo el peso de su existencia, con la firma de las maneras de vivir y sus secretos. A merced de un fácil recorrido improvisado, a pie, en pocos minutos, en la ciudad alta no se han de esquivar las miradas urgentes o detalladas sobre la catedral. Este rascacielos medieval, atalaya ante la mar de la bahía, domina un laberinto que oculta patios, palacios de bolsillo y sombras de la ciudad árabe y musulmana.

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Al lado de la catedral queda el Palau March, mansión del financiero Juan March, con la muestra de escultura del siglo XX. A tres minutos, a pie, en la calle de San Miguel, cruzando la plaza de Cort -con su olivo milenario- y la plaza Mayor, entre portal y portal de moda y joyas, está la casa primera del mecenas March, con el Museo de Arte Español Contemporáneo, lo mejor del siglo en menos de 70 obras. Justo al lado hay una tienda de zapatos Camper y otra de camisetas de Custo.

En la travesía sin brújula por las callejuelas de los antiguos gremios queda la populosa calle del Sindicato, que aún huele a especias con su sinfín de comercios. En una travesía, Llonjeta- Pes des Formatge, queda una reliquia: el Flexas, casino de copas alternativo y comida breve. Pared con pared, revive la cocina del sur mediterráneo en un viejo café portuario, La Gran Taberna, con un poeta cocinero, Guiem Soler. Con estética sueca, en la plaza de Coll, existe el Blond Café. Muy cerca, en la calle de Sans, los excelentes helados arcaicos y las ensaimadas recientes de Can Joan de S'Aigo.

Al borde del mar

La mirada y el alborozo del ocioso también están cerca del litoral, en la misma caminata. En la ciudad baja, por ejemplo en la calle de Vallseca, domina el raro bar étnico Es Jaç, del modista Miquel Adrover de regreso de Nueva York. En un cruce, en la calle de Montenegro, está la cocina local de vanguardia de Singular, de la cantante Bel Cerdà. Justo enfrente, como una joya de lujo, está el Puro Hotel con su bar restaurante Opio. En las cercanías, el borde del mar, sobresale La Lonja -un artefacto gótico perfecto-, cercano existe el café de comidas rápidas Orient Exprés. El tradicional Café Puerto Pesquero, una nave terraza de copas y mordiscos de aire barcelonés, es el faro al otro lado del paso Sagrera que acaba a los pies de la muralla de Es Baluard, el museo de arte contemporáneo que tiene una muy buena vista y un bar acogedor.

El Paseo Marítimo, frontera- autopista de Palma, al borde de la bahía, está colonizado por bares, terrazas, hoteles y varias discotecas. Allí, la alta gastronomía la maneja Koldo Royo. Para mover el cuerpo con la luna y el amanecer están la célebre factoría de Tito's, el Pachá multinacional, y recóndito y resistente queda el café bar Garito, en la dársena de Can Barbará, enfrente de las estaciones marítimas, adonde llegan los barcos desde el continente.

La pasión juvenil por las deshoras tiene salida en la ex famosa plaza de Gomila, pero la música en directo ocurre en Sala Assaig, complejo abierto 24 horas, ya fuera del casco urbano, en el polígono Son Castelló (www.assaig.com. Gremi Porgadors, 16. 971 43 13 44). Los amantes de la música de amplia onda tienen su refugio en el bar Rimamblu, en la zona paralela al mar, en Santa Catalina, en cuyo mercado brillan las delicatessen de Fausto Izquierdo.

Al trasluz y al detalle, la vieja Palma sorprende a los forasteros (así se llamó a los primeros turistas) con sus cambios de sombras, distintos vientos diarios y el peso del pasado. Otra línea de cierre de la ciudad se palpa desde una travesía peatonal y para bicicletas de más de cuatro kilómetros. Es una ruta por el perímetro marítimo hasta pasado Es Molinar, ex barrio de pescadores, hoy geografía para el turismo local. Ésta es una apuesta calmada, con el ánimo de observar y pensar, el andar mirando la costa, disfrutando sin urgencias del mar que aún no se deja querer, por frío.

Interior de la coctelería Gibson, en la plaza del Mercat de Palma de Mallorca.
Interior de la coctelería Gibson, en la plaza del Mercat de Palma de Mallorca.TOLO RAMÓN

GUÍA PRÁCTICA

Cafés, pastelerías y más- Bar Bosch (971 72 11 31). Plaza del Rey Juan Carlos I, 6.- Blond Café. Plaza de Coll, 10.- Can Joan de S'Aigo (971 71 07 59). Sans, 10.- Café Puerto Pesquero (971 71 52 20). Moll de la Llotja, s/n.- Horno Santo Cristo (971 71 26 49). Paraires, 2.- Can Frasquet (971 72 18 24). Orfila, 4.- C'As Net (971 71 49 07). Plaza del Mercat, 5.- Fausto Izquierdo (971 73 19 66). Mercado de Santa Catalina.- La Pajarita (971 71 69 86). Sant Niolau, 2 y 4.Comer- La Gran Taberna (971 71 05 33). Pes des Formatge, 6. Unos 35 euros.- Singular (971 72 02 64). Montenegro, 9. Precio medio, 25 euros.- Koldo Royo (971 73 24 35). Paseo Marítimo, 3. Unos 70 euros por persona.- Orient Exprés (971 71 11 83). Llonja, 6. Precio medio, alrededor de 30 euros.- Opio, en Puro Hotel (971 42 54 50). Montenegro, 12. Unos 50 euros.Tiendas- Mascaró (www.jaimemascaro.com). Sant Nicolau, 3.- Pasatiempos. Pas den Quint, 3- Biscuter. Brossa, 6.- Menorca. Jaume II, 10.- Lafiore (www.lafiore.com). Jaume II, 6.- Gordiola. Jaume II, 14.- Custo. San Miguel, 15.- Camper. San Miguel, 17.Bares y discotecas- Flexas. Pes des Formatge, 4.- Es Jaç. Vallseca, 13.- Tito's (www.titosmallorca.com). Paseo Marítimo, s/n.- Pachá (www.pachamallorca.com). Paseo Marítimo, 42.- Garito (www.garitocafe.com). Dársena Can Barbará.- Gibson. Plaza del Mercat, 18.Visitas- Palau March (www.fundbmarch.es; 971 71 11 22; ). Conquistador, 18.- Museo de Arte Español Contemporáneo (www.march.es/arte/ palma; 971 71 35 15). Sant Miquel, 11. Entrada libre.- Es Baluard. Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma (971 90 82 00; www.esbaluard.org).Porta de Santa Catalina, 10.Entrada, 6 euros.Información- Turismo de Palma de Mallorca (902 10 23 65; www.palmavirtual).- www.a-palma.es.

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