Bateadores a la japonesa

Mientras que unas compañías buscan rozar lo verosímil en sus títulos deportivos fichando a reconocidas estrellas y adquiriendo licencias de grandes clubes y ligas para luego reproducirlas fielmente en el entorno virtual, otras, como Nintendo, optan por recurrir al archivo y usan a sus personajes de toda la vida para pluriemplearles y hacer que protagonicen todos sus juegos.

Mario empezó de fontanero rescatando princesas y ha acabado haciendo prácticamente de todo, desde conducir karts a jugar al golf. Y como en cada equipo de béisbol hay ocho deportistas, también les toca arrimar el hombro a Peach, Wario, Luigi, Yoshi, Donkey Kong, y así hasta 20 personajes de la prolífica factoría de Kioto. Es una buena estrategia: no tienen que pagar licencias y sus criaturas, haciendo un paralelismo entre los dibujos y los actores de carne y hueso, no van a quejarse por explotación laboral.

El funcionamiento de este deporte es simple y, para quien no lo conozca, el disco posee un apartado de entrenamiento. Básicamente un equipo defiende y otro ataca. El defensor tiene un lanzador que tira la pelota al bateador rival y éste puede efectuar tres intentos para enviarla lo más lejos posible y correr hasta una base antes de que la bola vuelva al lanzador. Esto sucede así en un campo normal, pero en Superstar baseball los campos distan bastante de ser normales. Cada uno está ambientado acorde con su anfitrión. Así, el de Donkey Kong es una selva donde hay cocodrilos que morderán a los corredores incautos; en el estadio de Peach aparecen unos bloques que desviarán la pelota; en el de Yoshi las plantas golpean a los deportistas...

La cuestión es hacer más entretenido este deporte que tan poca aceptación tiene en España y que, en cambio, es uno de los deportes nacionales de Estados Unidos. Además de competir por pura diversión, existe un modo donde se van guardando los progresos y en el que se puede formar un auténtico equipo de ensueño. Cada partido cuenta con unos retos con los que se obtiene una bandera; juntando suficientes estandartes. se consigue que un determinado jugador fiche por nuestro equipo.

Una batería de minijuegos para retar a los amigos completa este título, que no pasa de lo correcto y únicamente es recomendable para los amantes del béisbol.