CDC impone que Nadal acabe el mandato en la alcaldía de Tarragona

Joan Miquel Nadal (CiU) seguirá al frente de la alcaldía de Tarragona hasta mayo de 2007. Así se lo ha ordenado su partido, Convergència (CDC). El anuncio lo realizó Nadal acompañado por Joan Aregio, que debía sucederle uno de estos días para foguearse hasta mayo de 2007, mes en que habrá elecciones municipales. Aregio deberá, pues, esperar a ganar los comicios locales para sentarse en la presidencia del consistorio. De esta forma CDC quiso dar por cerrada la crisis con su socio Unió, que no reconoce la condición de delfín a Aregio y pugna por colocar a su candidato, Albert Vallvé.

El alcalde ha visto sus planes trastocados. Pretendía renunciar a la alcaldía durante las pasadas navidades y ceder la vara a Aregio, actual portavoz municipal y presidente de la Diputación. Unió, por el contrario, se alzó contra esta decisión -para la que aseguran que no han sido consultados- y propuso a su jefe de filas, Albert Vallvé, para suceder a Nadal. Las cúpulas de ambos partidos han sido incapaces de alcanzar un acuerdo en dos meses de negociación y ayer fuentes conocedoras de estas reuniones reconocían que la razón del fracaso ha sido la falta de predisposición por parte de CDC. La frase "no hay nada que negociar" se ha oído en repetidas ocasiones en boca de dirigentes convergentes. Igualmente, estas fuentes señalan que ante la magnitud de la actual negociación del Estatuto, la federación no podía permitirse perder más tiempo en discutir este asunto.

Ante el bloqueo, Convergència ha impuesto la continuidad de Nadal hasta el final de su mandato. Mientras ayer el alcalde daba la crisis con Unió por cerrada, el democristiano Vallvé aseguró que plantará cara hasta el último momento en el proceso abierto ahora en el seno de la federación nacionalista para elegir candidato antes de Semana Santa. Con su pulso, Vallvé pretendía lograr al menos un "cambio de actitud" en CDC, a la que ha acusado en repetidas ocasiones de "ningunear" a Unió, tanto en asuntos políticos como en la toma de decisiones del Ayuntamiento. Y la actual crisis no ha hecho más que "empeorar" estas relaciones entre los dos socios de la federación, según declaró ayer Vallvé.

Joan Aregio, por su parte, se ofreció a CiU para encabezar la lista nacionalista en 2007 y cuenta con el apoyo de la cúpula de convergente. Vallvé quiere negociar ahora la lista completa de CiU a la alcaldía.

Esta salida a la crisis de Tarragona ha venido también precipitada por la posición del Partido Popular, socio de gobierno desde hace seis años de CiU. "Esta solución [la continuidad de Nadal] es la mejor", decía ayer el portavoz del PP, Francesc Ricomà. Los populares hubieran replanteado su acuerdo de gobierno, incluso su eventual salida del ejecutivo local, en el caso de que Aregio hubiera cogido ahora el relevo. De hecho habían dado a Nadal como plazo límite el pasado viernes para solventar la crisis.

Críticas de la oposición

Todos los partidos de la oposición coincidieron ayer en criticar la gestión de la crisis. ICV la calificó de "irresponsable" al entender que las posiciones de ambos partidos estaban demasiado alejadas como para alcanzar un acuerdo. ERC la calificó de "charlotada" y señaló: "para esto, lo podrían haber dicho en verano y nos habríamos ahorrado las prisas y nervios para negociar el plan general o las ordenanzas". Y el PSC aseguró que la crisis se cierra "en falso" porque continuará el debate en el seno de la federación. Todos aseguraron que la crisis ha significado una situación de "parálisis" en el consistorio.

Los convergentes tienen claro que "el próximo candidato será de CDC, porque los acuerdos de federación dicen que el partido que tiene la alcaldía vuelve a presentar alcalde", señaló el presidente local convergente, Joaquim Nin. "En estos acuerdos hay cuatro excepciones: Lleida, Barcelona, Girona y Tarragona", replicó Vallvé, quien no descartó una ruptura total con CDC si el actual "mal rollo" con sus socios va en aumento. Ello significaría que Unió presentaría lista separada de Convergència.